martes, 19 de diciembre de 2017

FRANCISCO DOLORIDO POR LA SITUACION DE LOS JUBILADOS

El periódico italiano Vatican Insider informó sobre cómo sigue Francisco la reforma previsional
“Al Papa le duelen los jubilados”
La publicación que se distribuye junto al diario La Stampa contó, a través del testimonio del legislador Gustavo Vera, el seguimiento del Papa al tema previsional y su preocupación por las posibles consecuencias sociales.
El papa Francisco grabó un video pidiendo a los fieles católicos rezar por los jubilados.
El papa Francisco grabó un video pidiendo a los fieles católicos rezar por los jubilados. 
Imagen: EFE
El papa Francisco sigue de cerca los debates sobre la reforma previsional en la Argentina y se muestra preocupado por las consecuencias sociales que puedan tener las medidas que está proyectando el Gobierno. Así lo consigna en su edición de ayer el periódico italiano Vatican Insider, que se publica con el diario La Stampa, bajo el título “Al Papa le duelen jubilados”. Se trata de una nota firmada por el periodista Andrés Beltramo Álvarez en la que comenta una entrevista privada que Jorge Bergoglio le concedió el sábado pasado al legislador porteño Gustavo Vera, un hombre siempre cercano al actual pontífice católico.
Según lo consigna la publicación italiana especializada en temas de la Iglesia Católica, en ese encuentro el Papa “se mostró preocupado, tras la escalada de violencia y la falta de diálogo” de los últimos días y respaldó los pronunciamientos que hizo al respecto la Conferencia Episcopal Argentina, encabezada por el obispo Oscar Ojea, y otras autoridades de la Iglesia Católica.

lunes, 20 de noviembre de 2017

IIº CONGRESO INTERNACIONAL DE MEDICINA DEL TRABAJO

“Enfermedades laborales” 
Impacto de los factores de riesgos psicosociales
Situación en Argentina y América del Sur.
“Malattie professionali e fattori di rischio psicosociale: situazione argentina e regionale”.
Autor: Luis Aníbal Raffaghelli
Abogado. Juez de la Cámara Nacional de  Apelaciones del Trabajo
Mail: luisraffaghelli@gmail.com – TE 54-11-41245651
Domicilio:  Lavalle nº1554 – 2º Piso C1048AAL
Buenos Aires. Argentina
Parole chiave
Lavoro, Malattie, Sottostima , Rischio psicosociali.  
Key words
Work, Diseases, Underreporting, Psychosocial risks.
Riassunto
Obiettivo:
Mettere in risalto l’evidente sottostima delle malattie professionali rispetto agli infortuni sul lavoro, taciute dalle statistiche nella maggior parte dei paesi del Sud America, rispetto alla media mondiale riportatao dall'OIT, dall'OMS e dal agenzie governative.
Metodo:
Vengono impiegati rapporti di studi associati alla tematica e dati statistici emanati da organi competenti in materia, così come specifiche dell’attività giudiziaria in Argentina.
Risultato:
Effettivamente si verifica la presenza di un’evidente sottostima di malattie professionali nell'universo regionale proposto.
Si verifica inoltre i riconoscimento dei fattori di rischio psicosociale sul lavoro e incidenza nel comparsa di determinate malattie.
Si avalla la necessità di stabilire i nessi causali tra malattie e lavoro. In questo contesto si evidencia segnala in particolare la necessità di rendere visibile l'ncidenza dei fattori di rischio psicosociale nelle malattie professionali,  che si tratti delle condizioni di lavoro, dell'organizzazione de l’azienda, o del relazioni interpersonali nell'ambiente di lavoro.
Il danno psichico, non solo quello che scaturisce da eventi traumatici sul lavoro, ma anche quello che emerge da malattie professionali e  da situazioni causate da rapporti interpersonali sul lavoro non ha un trattamento uniforme nella giurisprudenza argentina, nemmeno nelle scienze mediche, come la psichiatria e psicologia che sostentano le decisioni giudiziarie.
Conclusioni:
Tanto dall’attività legislativa, quanto dal’operato degli organi statali con la collaborazione degli operatori del lavoro, è necessario autenticare la realtà soggiacente, all’ambiente lavorativo con riguardo alle malattie professionali in generale e ai fattori di rischio psicosociale in particolare.
Promuovere in tutte le sue potenzialità, l'azione di negoziazione collettiva come fonte eteronoma di regolamento di diritti e obblighi in materia.
Summary
Purpose
To underline evident underreporting of occupational diseases with respect to work accidents withheld by statistics in most countries in South America, compared with the world average reported by the ILO, WHO and government bodies.
Method:
Related study reports and statistical data emanate from competent bodies in this area are employed as well as specific sources of the judicial work in Argentina.
Outcome:
It is verified that there is actually an evident underreporting  of occupational diseases in the regional universe proposed; as well as improvision, in the recognition of the psychosocial risk factors in the at workplace, and the incidence on the rise of certain diseases.
It is confirmed the need to determine the causal links between diseases and work. In this context in particulart it is emphasi sed the need to make shed light on the incidence of the psychosocial risk factors in occupational diseases, whether they be the working conditions, or the company organization terms, or the interpersonal relationships in the working environment.
The psychic damage, not only the one arising from traumatic work events but also that emerging from occupational diseases and situations caused by interpersonal relationships in the workplace does not have a uniform treatment in the Argentinian jurisprudence, not even in the medical sciences, such as psychiatry and psychology that sustain the judicial pronouncements.
Conclusions:
Both from legislative work and the actions of state bodies with the collaboration of work operators, it is necessary to authenticate the underlying reality in the workplace with  regard to the occupational diseases in general and the psychosocial risk factors in particular.
To promote to the fullest possible extent the activity of collective negotiation as a heterónomous source of regulation of rights and obligations on such matters.



I.                   Sub registración de enfermedades laborales.
La sub registración de enfermedades vinculadas con el trabajo es una realidad en los países de América, especialmente grave en Argentina, que tiene 10 millones de trabajadores asegurados por un millón de empleadores, una masa salarial de 16.500 millones de dólares y una cuota del 3.4% que perciben las aseguradoras privadas de riesgos del trabajo.
Sobre 650 mil casos notificados en 2015, el 67% fueron accidentes de trabajo, el 21% accidentes in itinere, el 8% reagravaciones y solo el 3% enfermedades profesionales (Informe anual de accidentabilidad laboral 2015 www.srt.gob.ar 9/2016 - Recopilación indicadores de siniestralidad laboral, 2012 oiss.or.com/estrategia).
De 14 millones de asalariados, casi cinco millones (33,4% datos INDEC) no está registrado.
Por ende sus accidentes y enfermedades no figuran son clandestinas y en proporción a los notificados, serían más de 300 mil casos por año. En  Brasil no llegan al 5% las enfermedades laborales notificadas, con similares porcentajes en los restantes países de la región.
No se comunican los siniestros para:
·         Esconder la realidad mórbida del trabajo.
·         No aumentar los tributos.
·         Obtener las certificaciones internacionales.
·         Inhibir acciones civiles, penales y administrativas.
·         Cercenar derechos del trabajador.
Es un dato muy negativo, frente al objetivo del trabajo digno, que oculta la verdadera realidad del  trabajo en nuestros países, muy distinta al promedio mundial, recordando que las enfermedades laborales no mortales eran 160 millones y los Accidentes del trabajo  270 millones por año  (OIT “La seguridad en cifras” Ginebra, 2003), que se han agravado.
La ratificación por Argentina (Leyes  26693 y 26694) y varios países de la Región de los Convenios 155 (1981) y su Protocolo 2002; C.187 (2006) y Recomendación 164/81 OIT, exigen políticas coherentes y un marco promocional para la salud y seguridad en el trabajo, con información fidedigna sobre la realidad del trabajo.
En las Américas se registran a diario 770 nuevos casos de personas con enfermedades profesionales,  según un informe de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud ( www.paho.org Washington DC, 29.4.2013).
El registro de las patologías vinculadas con enfermedades profesionales es muy bajo en el universo de 468 millones personas que trabajan en el continente americano (Labor State OIT 2011) y por tanto se consideran invisibles enfermedades graves como neumoconiosis, dermatosis, sordera, asma e intoxicaciones, así como dolores lumbares, estrés, depresión y cánceres. 
Las enfermedades pulmonares ocupacionales, las dermatosis, hipoacusia, intoxicaciones por plaguicidas y las alergias se agrupan entre las enfermedades de la "vieja epidemia regional escondida" mientras que los desórdenes musculo esqueléticos, las enfermedades cardiovasculares, los desórdenes mentales y enfermedades emergentes como cánceres ocupacionales y disruptores endocrinos, conforman la “nueva epidemia” en los últimos 15 años.
La OIT convocó a una campaña mundial “urgente y enérgica” para combatir las enfermedades relacionadas con el trabajo, que cobran más de 2 millones de víctimas cada año (www.ilo.gob – 26.4.2013) lo que representa el 86% de los fallecimientos por el trabajo.
Las cifras proporcionadas por la OIT indican que el número de accidentes del trabajo se ha estabilizado en muchos países industrializados, aumentando en países de Asia y América Latina.
Las enfermedades profesionales son causadas por agentes químicos, físicos, biológicos, estresores ergonómicos y factores psicosociales, como sobrecarga de trabajo, turnos, condiciones laborales, violencia, falta de comunicación, otros factores sociales, que llevó a la OIT a lanzar su reto al estrés laboral en 2017.
II.                Factores de riesgos psicosociales en el trabajo y su incidencia en determinadas enfermedades.
El término “factor de riesgo” implica diversas causas existentes (las conocidas y las desconocidas) que interaccionan en la realidad, de manera que una misma enfermedad tiene en la práctica diversas causas y una misma causa puede estar relacionada con diversos efectos (enfermedades o trastornos de la salud concretos).
Las conceptualizaciones de los factores psicosociales del trabajo son vastas y diversas, pero coinciden con la histórica definición de la OIT – OMS (Inf. Comité Mixto OIT-OMS sobre Medicina del Trabajo, 9º reunión, Ginebra, 18.9.84):
…”Los factores psicosociales en el trabajo consisten en interacciones entre el trabajo, su medio ambiente, la satisfacción en el trabajo y las condiciones de su organización, por una parte y por la otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo, todo lo cual, a través de percepciones y experiencias, pueden influir en la salud y en el rendimiento y la satisfacción en el trabajo”.
La definición comprende las cuestiones que se presentan en un espacio de trabajo y en su organización, tanto como las características del trabajador que pueden preexistir y trascender a dicho espacio.
Las vinculaciones entre ambas instancias están presentes y adquieren relevancia en mi criterio para el estudio de las enfermedades laborales (1).
Los riesgos psicosociales más significativos en el universo laboral dependiente se identifican como acoso moral,  acoso sexual y  violencia laboral (2).
Son tres elementos de las fuentes de riesgo, que originan los factores de riesgo:
Condiciones internas de trabajo: “el conjunto de propiedades que caracterizan la situación de trabajo, que influyen en la prestación del mismo y que pueden afectar la salud del trabajador y su conducta”.
Individuo: los componentes de tipo social, psicológico y biológico.
Condiciones externas al trabajo: conjunto de elementos que conforman el entorno familiar, socioeconómico, político y estatal que rodean al individuo y a la organización.
Los factores de riesgo psicosocial  reconocen dos aspectos claves:
1ª Los derivados de la organización del trabajo:
·         El tiempo de trabajo es el que el trabajador transita y permanece en el espacio laboral.
·         El ritmo de trabajo esencial al proceso de trabajo, que hace a la reducción de los “poros” y los “tiempos muertos” en el curso productivo.
·         La modalidad salarial que debe compensar el esfuerzo de los trabajadores.
·         La presencia sindical que debería garantizar condiciones satisfactorias de labor.
·         La autonomía  del trabajador para llevar adelante la tarea.
·         La carga mental que significa el contenido y cantidad de tareas que debe afrontar el trabajador.
Los cambios en el lugar de trabajo, influyen en el bienestar del trabajador cuando no se evalúan los costos humanos, no se conciben según los principios ergonómicos de la etapa de planificación y/o no se aplican suficientemente las medidas de apoyo.
El contrato de trabajo debe contenr el trabajo digno, ya que la precariedad implica exposición a la pérdida del trabajo, limitando sus posibilidades de desarrollo humano.
2ª La violencia en el trabajo que se da en el marco de las relaciones interpersonales. En Argentina se  encuentra regulada (Res.05/2007 Ministerio de Trabajo Nación) definiéndose como:
…”Toda acción, incidente o comportamiento que se aparta de lo razonable mediante el cual una persona es agredida, amenazada, humillada o lesionada por otra en el ejercicio de su actividad profesional o como consecuencia directa de la misma entendiendo la violencia interna en el lugar de trabajo como la que tiene lugar entre los trabajadores, incluidos directores y supervisores y la violencia externa la que tiene lugar entre trabajadores y toda otra persona presente en el lugar de trabajo”. (Fuentes consultadas: Reporte Revistas Electrónicas 2017 biblioteca@srt.gob.ar).
III. Nexo causal entre las enfermedades y el trabajo.
El régimen probatorio en una litis judicial es diferente según se trate de un hecho súbito, que requiere prueba del mismo, o la enfermedad laboral, dependiente de una multicausalidad de factores, que el pretensor de justicia debe indicar y acreditar, separando las causas congénitas del trabajador, para centrarse en la tarea cumplida y el entorno laboral.
No se agota en la mera imputación de responsabilidad, debe constatarse esa causalidad múltiple, visibilizando en toda su dimensión la responsabilidad por el riesgo psicosocial.
Los agentes químicos, físicos y los estresores ergonómicos corresponde detectarlos a través de la  prueba pericial de ingeniería en seguridad e higiene.
Los agentes biológicos por expertos en medicina del trabajo, mientras que la sobrecarga de trabajo, condiciones laborales, la comunicación empresa-personal por los psicólogos del trabajo. Los turnos de trabajo y horarios por relevamiento de la documentación laboral a través de informes contables.
Los episodios de violencia laboral, de género, acoso y abuso de poder, deben prevenirse a través de mecanismos e instancias de participación sindical, instrumentados por convenio colectivo y presencia de autoridad laboral. Esos mismos actores resultan fundamentales ante un evento dañoso de ese tipo.
Producido el conflicto, será el juez el que requiera de los elementos probatorios antes señalados para adoptar sanciones y reparar los injustos cometidos.
IV. El daño psíquico. Su tratamiento por las ciencias médicas de la psiquiatría y la psicología y su repercusión en los litigios judiciales.
El daño psíquico en los siniestros laborales se plantea en los últimos años en la jurisprudencia argentina. Aparece también en la conflictividad motivada por los riesgos psicosociales.
Un criterio, condiciona la existencia de un daño psíquico a la presencia de un síndrome psiquiátrico, que no puede diagnosticarse a partir de un síntoma aislado sino de un conjunto de síntomas agrupados en algún cuadro clínico.
Agrega que la enfermedad psíquica debe además ser novedosa ya sea porque no estaba presente con anterioridad o porque ha agravado o acentuado sus características previas y causalmente vinculadas al accidente o a la enfermedad.
Otras opiniones señalan que el síndrome psiquiátrico puede o no estar presente en éste tipo de lesiones, concurriendo para el dictamen sobre la incapacidad psíquica, la psiquiatría y la psicología, que constituyen la psicopatología como una rama compartida entre ambas.
Para determinar el daño psíquico el juez requiere la labor del médico psiquiatra y el psicólogo.
El “Test de Rorschah” es muy importante, en tanto refiere a la organización y proceso interno del sujeto. Verifica el desequilibro causado por el estímulo externo, ya sea el accidente o la enfermedad laboral.
Es necesario articular el diagnóstico propuesto desde la psiquiatría, en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría y la implementación de una batería psicodiagnostica completa y exhaustiva como la que dispone la psicología.
El objeto del “saber psiquiátrico” tiene una matriz universalizante, mientras que el “saber psicológico”  tiene como particularidad, tomar al sujeto periciado como ser único e irrepetible.
El “Rorschah” proporciona datos que convergen en organización y proceso interno del sujeto, con aporte descriptivo de su “ahora”.
Tiene distinta categoría diagnóstica que las del tipo DSM, que describe trastornos de las personas, pero no establece las particularidades de cada sujeto, posibilitado por el psicodiagnostico.
Para que un hecho jurídico, devengue en daño psíquico, requiere de la convergencia de dos factores fundamentales:
•          Uno, de orden externo: la dimensión del estímulo que provoca la respuesta psíquica.
•          Y el otro interno: la posibilidad del sujeto de metabolizar la realidad.
Roto el equilibro entre ambos, se produce el daño psíquico, constituido en relación a una injuria, traumatismo o lesión con entidad suficiente para ello.
Su conceptuación es más amplia que la del síndrome psiquiátrico.
Un accidente de trabajo o una enfermedad originada o derivada del trabajo que incapacita a un ser humano es algo nuevo, respecto de su cotidianeidad, que altera el equilibrio anterior del sujeto, e implica por tanto, contar con uno de los requisitos de aquella definición citada al principio de éste acápite (3).
Considero más ajustada a los accidentes y enfermedades laborales, la que define al daño psíquico como…toda forma de deterioro, o disfunción o disturbio o alteración o desarrollo psicógeno o psicoorgánico de las personas, que impactando sobre sus esferas afectiva y/o intelectiva y/o volitiva, limita su capacidad de goce individual, familiar, social y/o recreativa. Debe tenerse presente que cada ser humano tiene su peculiar campo de "tarea" y/o cualquier "quehacer vital" o -también - "capacidad de goce", diferenciándose éste de las demás personas, no solo en su extensión, sino también en cuanto a su comprensión, implica al "conjunto de cualidades que integran una idea o concepto" (4).
El daño psíquico, visible cuando se trata de accidentes, requiere una prueba de causalidad más intensa, cuando se trata de enfermedades laborales (comprensivas de las profesionales y concausales con el trabajo), con diferentes dimensiones y confluencia de distintos factores como la edad, la calificación de la víctima, el grado de incapacidad y el temor ante la posibilidad de no poder recuperar la aptitud laboral que se tenía, y las posibilidades de adaptación ante las disminuciones sufridas, con sus secuelas personales, sociales y familiares.
La conocida fórmula de Balthazard, no se aplica a la incapacidad determinada por daño psíquico, cuando se verifica un grado de incapacidad a raíz del accidente denunciado y no ante una disminución de capacidad residual producto de eventos dañosos sucesivos.
Resulta relevante para determinarlo, si su aparición en el tiempo ocurrió en forma escalonada o sucesiva, única hipótesis que autorizaría la aplicación de la mentada fórmula para establecer la incapacidad total del trabajador (Fallos judiciales CNAT - SD nº 95.348 S.IV 27.4.2011).
La prueba del nexo causal entre el hecho y el daño, no es tarea sencilla en ésta materia y se convierte en un arduo problema para el juez.
Para  determinar el nexo causal se han señalado una cadena de hipótesis (5), entre el hecho al que se le atribuye causalidad dañante y el daño psíquico, sobre todo en materia de enfermedades, que va de la hipótesis demostrada a la imposible, de gran importancia para el juez al momento de determinar si el daño psíquico verificado por los expertos tiene total o parcial relación con el accidente o la enfermedad laboral.
V.                Conclusiones
a.       Un registro riguroso y completo de accidentes y enfermedades permitiría a nuestros Estados trazar estrategias reales para reducir la siniestralidad y mejorar las condiciones de trabajo.
b.      Los factores de riesgo psicosocial  reconocen en la organización del trabajo y en la violencia laboral dos aspectos claves.
c.       El nexo causal entre riesgo psicosocial, tarea y daño es determinado por el juez que requiere el concurso de fuentes interdisciplinarias para determinar responsabilidades.
d.      La determinación del daño psíquico en un litigio judicial debe contar con el concurso inescindible de la psiquiatría y la psicología.




I.                   Sottostima di malattie del lavoro.
La sottostima di malattie relazionate con l’attività professionale e lavorativa è una realtà dei paesi del Sud America, particolarmente in Argentina che vede 10 milioni di lavoratori assiccurati da un milione di datori di lavoro, una massa salariale di 16.500 mln di dollari dai quali il 3.4% viene percepita dalle aziende private di assicurazioni contro i rischi derivati dal lavoro. Su 650 mila casi notificati nel 2015, il 67% sono stati infortuni, il 21% incidente in itinere,  l’8% ricadute e soltanto il 3% di malattie professionali (Rapporto annuale di infortunistica del lavoro 2015, www.srt.gob.ar 9/2016 – Raccolta di indicatori di sinistri in ambito lavorativo, 2012 oiss.or.com/estrategia).
Di 14 milioni di lavoratori, quasi 5 milioni (33,4% dati INDEC) non è registrato. Quindi gli infortuni e malattie non risultano dichiarate, e sono clandestine e in proporzione ai casi dichiarati si tratterebbe di più di 300 mila casi all’anno. In Brasile non si arriva al 5% di malattie professionali dichiarate, con percentuali simili in tutti i paesi della regione. Non si comunicano i sinistri per i seguenti motivi:
•          Nascondere una realtà di morbidità presso il lavoro. 
•          Non aumentare la tassazione del lavoro.
•          Ottenere certificazioni internazionali
•          Inibire azioni civil, penali e amministrative.
•          Limitare i diritti del lavoratore.
Si trattai di dati molto negativi, dinnanzi al obiettivo di lavoro decente, che nascone una realtà professionale nei paesi latinoamericani molto diversa dalla media internazionale, ricordando che le malattie professionali non mortali erano 160 milioni e che gli Infortuni del lavoro 270 milioni all’anno (Dati della OIL “La seguridad en cifras” Ginevra, 2003), che hanno visto il notevole peggioramento negli ultimi anni.
La ratificazione di Argentina (Leggi  26693 e 26694) e diversi paesi della regione delle Convenzioni 155 (1981) e loro Protocollo 2002; C.187 (2006) così come la Raccomandazione 164/81 OIL, esigono politiche coerenti nel contesto promozionale della salute e la sicurezza sul posto di lavoro, con informazione attendibile sulla realtà lavorativa.
Nelle Americhe si registrano quotidianamente 770 nuovi casi di persone con malattie professionali, secondo il rapporto dell’Organizzazione Panamericana della Salute e l’Organizzazione Mondiale della Salute ( www.paho.org Washington DC, 29.4.2013).
Il registro delle patologie legate alle malattie professionale è molto basso all’interno dell’universo di 468 mln di persone che lavorano nel continente americano (Labor State OIT 2011) e pertanto si  considerano invisibili malattie grafi come neumoconiosi, dermatosi, sordità, asma ed intossicazioni, così come dolori lombari, stress, depressione e cancro. Le malattie pomonari occupazionali, la dermatosi, l’ipoacusia e le intossicazioni per l’uso di pesticidi, nonché le allergie, si raggruppano tra le malattie cosidette "vecchia epidemia regionale nascosta” mentre i disordini muscolari, le malatttie cardiovascolari, i disordini mentali e malattie emergenti come cancro dovuto ad attività professionali, così come problemi di natura endocrina, configurano la “nuova epidemia”, in crescita dagli ultimi 15 anni.
La OIL ha convocato una campagna mondiale “urgente ed energica” per combattere le malattie vincolate al lavoro, che riscuotono ogni anno 2 milioni di vittime (www.ilo.gob – 26.4.2013), aspetto che rappresent l’86% delle cause di decesso dovute all’attività professionale. Le ciffre proporzionate dall’OIL indicano che il numero di infortuni al lavoro si ha stabilizzato per molti paesi industrializzati, aumentando invece per l’Asia e l’America Latina. Le malattie professionali sono causate da agenti chimici, fisici, biologici, stressori ergonomici e fattori psicosociali come il sovraccarico di lavoro, i turni, le condizioni del lavoro, la violenza, la mancanza di comunicazione altri fattori sociali, tutti aspetti che hanno portato l’OIL a lanciare la sfida allo stress per lavoro del 2017.
II.              Fattori di rischio psicosociale al lavoro e loro incidenza in determinate malattie.
Il termine “fattore di rischio” implica diverse cause esistenti (conosciute e sconosciute) che interagiscono con la realtà, in modo tale che una stessa malattia ha nella pratica diverse cause e una stessa causa può essere riconducibile a diversi effetti (malattie o problematiche di salute concreti). Le concetualizzazioni sui fattori di rischio psicosociali sono vaste e diversificate. Tuttavia, esse coincidono con la storica definizione della OIL –  OMS (Rapporto del Comitato Misto OIL – OMS sulla Medicina del Lavoro, 9^ riunione, Ginevra, 18.9.84):
…”I fattori di rischio psicosociale al lavoro consistono in interazioni tra l’attività professionale, l’ambiente di lavoro, la soddisfazione del lavoratore e le condizioni dell’organizzazione dove costui presta servicio, così come le competenze del lavoratore, i suoi bisogni, e la sua situazione personale anche al di fuori dell’ambiente lavorativo; tutto ciò, attraverso percezioni ed esperienze, possono influiré sulla salute, il rendimento, e la soddisfazione professionale”
La definizione comprende le questioni che si presentano in uno spazio di lavoro e sua organizzazione, nonché in relazione alle caratteristiche del lavoratore che possono pre-esistere e andare oltre il suddetto spazio.
I collegamenti tra le due istanze (lavoratore e lavoro) sono presenti e sono rilevanti, a mio parere, per lo studio delle malattie professionali (1).
I rischi psicosociali più significativi nell'universo del lavoro dipendente sono identificati come molestie morali, molestie sessuali e violenza al lavoro (2).
Ci sono tre elementi che possono essere considerati fonti di rischio, che originano i fattori di rischio:
•          Condizioni di lavoro interne: "l'insieme di proprietà che caratterizzano la situazione lavorativa, che influenzano le prestazioni dello stesso e che possono influenzare la salute del lavoratore e il suo comportamento".
•          Individuale: i componenti sociali, psicologici e biologici.
•          Condizioni esterne al lavoro: insieme di elementi che costituiscono l'ambiente familiare, socioeconomico, politico e della sfera pubblica, che  compongono il contesto dell'individuo e l'organizzazione.
I fattori di rischio psicosociali possono essere caratterizzati attraverso due aspetti fondamentali: i derivanti dall’organizzazione del lavoro, e quelli relativi alla violenza al lavoro.
Per quanto riguarda l’organizzazione del lavoro, i rischi si possono caratterizzare come segue:
•          L'orario di lavoro è quello in cui il lavoratore transita e rimane nello spazio di lavoro.
•          Il ritmo del lavoro essenziale per il processo di lavoro, che punta a ridurre la “porosità” della giornata lavorativa e quindi i “tempi di inattività" nel corso produttivo.
•          La modalità salariale che va a compensare lo sforzo dei lavoratori.
•          La presenza sindacale che dovrebbe garantire condizioni lavorative soddisfacenti.
•          L'autonomia del lavoratore per svolgere il compito professionale.
•          Il carico mentale che il contenuto e la quantità di attività impone al lavoratore.
I cambiamenti relativi all’attività lavorativa influiscono sul benessere del lavoratore qualora i costi umani non siano né considerati né valutati, ovvero quando tali costi non sono progettati secondo i principi ergonomici della fase di pianificazione e le misure di sostegno risultano insufficienti.
Il contratto di lavoro deve comprendere quindi un lavoro dignitoso, dal momento che la precarietà implica l'esposizione alla perdita del lavoro, limitandone così le sue possibilità di sviluppo umano.
Per quanto riguarda la violenza al lavoro, che si verifica nell'ambito delle relazioni interpersonali, in Argentina il fenomeno è considerato,  regolamentato (Res.05 / 2007 Ministero del Lavoro della Repubblica Argentina) e definito come:
... "Ogni azione, incidente o comportamento che si discosta dal ragionevole,  in cui una persona viene assalita, minacciata, umiliata o ferita da un altro nell'esercizio della sua attività professionale o come conseguenza diretta della stessa, considerando come violenza interna (nel luogo dell’attività lavorativa) come quella che accade tra i lavoratori, compresi direttori e supervisori, e come violenza esterna quella che accade tra i lavoratori ed ogni altra persona presente sul posto di lavoro ". (Fonti consultate: Reporte Revistas Electrónicas 2017 biblioteca@srt.gob.ar).
III. Il legame causale tra malattie e lavoro.
Il regime di prova in un contenzioso giudiziario è diverso a seconda che sia un evento improvviso, che richiede prova dello stesso; oppure di malattia professionale che si verifica a seconda di una multicostabilità di fattori che chi pretende giustizia deve indicare e accreditare, separando le cause congenite del lavoratore, per concentrarsi sul compito svolto e sull'ambiente di lavoro. Non si esaurisce nella mera imputazione della responsabilità, ma deve invece essere verificata una causalità multipla, che punti a visibilizzare in tutta la sua dimensione la responsabilità del rischio psicosociale.
Gli agenti chimici e gli stress fisici ed ergonomici possono essere rilevati attraverso l'esame intelligente di ingegneria in materia di sicurezza e igiene. Gli agenti biologici, dovrebbero essere materia da esperti in medicina del lavoro, mentre aspetterebbe ai psicologi del lavoro analizzare il sovraccarico e le condizioni di lavoro. I turni di lavoro e la relativa pianificazione, dovrebbero invece essere materia di analisi amministrativo contabile.
Gli episodi di violenza professionale e di genere, le molestie e abusi di potere dovrebbero essere evitati attraverso meccanismi e casi di partecipazione sindacale, attuati con contratto collettivo e presenza una rappresentanza mista istituzionale e dei lavoratori. Questi stessi attori sono fondamentali per un evento dannoso di questo tipo. Una volta che il conflitto si è verificato, sarà il giudice che richiede che gli elementi sopra menzionati, eventualmente costituitisi in prove, portino all’adozione di sanzioni e riparino gli atti sleali.
IV. Danno psichico. Il suo trattamento da parte della psichiatria e la psicologia e la sua ripercussione in controversie giudiziarie.
Il danno psichico nei reclami del lavoro è sorto negli ultimi anni nella giurisprudenza argentina. Esso appare anche nel conflitto causato da rischi psicosociali.
Un criterio, condiziona l'esistenza di un danno psichico alla presenza di una sindrome psichiatrica che non può essere diagnosticata da un sintomo isolato ma da una serie di sintomi raggruppati in un quadro clinico.
Aggiunge che anche la malattia psichica deve comporre un elemento di novità perché non era già presente o perché ha aggravato o accentuato le sue precedenti caratteristiche e causale legato all'incidente o alla malattia.
Altri pareri indicano che la sindrome psichiatrica può o non essere presente in questo tipo di lesioni, concordando nel parere di inabilità psichica, psichiatria e psicologia, che costituiscono la psicopatologia come un ramo condiviso tra i due.
Per determinare il danno psichico il giudice richiede l'opera dello psichiatra e dello psicologo, che adotteranno strumenti specifici per la diagnosi e la prognosi. È necessario articolare la diagnosi proposta dalla psichiatria nel manuale diagnostico e statistico dei disturbi mentali (DSM) dell'Associazione Psichiatrica Americana e l'implementazione di una batteria psichiatica completa ed esauriente come disponibile dalla psicologia. L'oggetto del "sapere psichiatrico" ha una matrice universalizzante, mentre il "sapere psicologico" ha come caratteristica la focalizzazione della particolarità, prendendo il soggetto come un essere unico e irripetibile.
Consideriamo il caso del "test di Rorschach", ovvero test proiettivo della personalità potrebbe diventare strumento rilevante nella misura in cui si riferisce all'organizzazione su processi interni del soggetto. Infatti, esso verifica lo squilibrio causato dallo stimolo esterno, sia l'incidente che la malattia del lavoro. Così, il test di Rorschach va a esplorare questa caratteristica, fornendo dati che convergono nell'organizzazione e nel processo interni del soggetto, con un contributo descrittivo del suo "ora".
Ha una categoria diagnostica diversa da quella del tipo DSM, che descrive i disturbi clínicamente individuati in una popolazione (nel senso statistico del termine), ma non stabilisce le particolarità di ogni soggetto, rese possibile dalla psico-diagnosi.
Affinché un fatto giuridico divenga un danno psichico, risulta necessaria la convergenza di due fattori fondamentali:
•          Uno, di ordine esterno: la dimensione dello stimolo che provoca la risposta psichica.
•          E l'altro, di ordine interno: la possibilità del soggetto di metabolizzare la realtà.
Verificatasi la rottura dell'equilibrio tra entrambi, si produce il danno psichico, costituito in relazione a un infortunio e il trauma che ne consegue che varia da individuo a individuo. Pertanto, la sua concezione è più ampia di quella della sindrome psichiatrica.
Un incidente di lavoro o una malattia originata o derivata dal lavoro che imponga ad un essere umano una condizione di incapacità, è qualcosa di nuovo rispetto alla vita quotidiana che altera il precedente equilibrio del soggetto e implica dunque di avere uno dei requisiti di tale definizione citata all'inizio di questa sezione (3).
Ritengo quindi come definizione di danno psichico più adatta agli incidenti e alle malattie professionali, quella che segue:
...”qualsiasi forma di deterioramento o disfunzione o disturbo o alterazione o sviluppo psicho-organico individuale o sociale, che possa avere impatto sulla sfera affettiva, volitiva o intelletuale, limitando la capacità di chi ne soffre a livello individuale, familiare, sociale, dall’ambito professionale a quello ricreativo. Occorre tener presente che ogni essere umano ha un proprio ambito per l’“attività professionale” e quindi per qualsiasi altra "attività vitale", nonché una "capacità di godimento"; da soggetto a soggetto questi ambiti si diversificano e differenziano, non solo nella sua estensione, ma anche nella sua comprensione, implicando l’"insieme di qualità che integra un'idea o un concetto" (4).
Il danno psichico, che è visibile quando si tratta di incidenti, richiede un test di causalità più intenso quando si tratta di malattie professionali (che sono entrambe complete e concausali con il lavoro), con diverse dimensioni e confluenza di fattori come l'età, la qualificazione della vittima, il livello di incapacità e la paura di non essere in grado di recuperare la capacità professionale che si possiedeva prima delle diminuzioni subite, con le conseguenti sequele personali, sociali e familiari. La formula ben nota di Balthazard non si applica all'incapacità determinata dal danno psichico quando ad un grado di incapacità che si verifica a seguito dell'incidente denunciato e non dinnanzi ad una diminuzione delle capacità residuali, prodotto di successivi eventi nocivi.
È pertinente determinare il danno psichico, se la sua comparsa nel tempo si è verificata in un momento oppure in una successione di eventi nocivi. Esiste un’unica ipotesi che autorizzerebbe l'applicazione di tale formula per stabilire l'incapacità totale del lavoratore (sentenze CNAT-SD n. 95.348 S.IV 27.4.2011) .
La prova del nesso causale tra fatto e infortunio non è un compito semplice in questa materia e diventa un problema arduo per il giudice. Al fine di determinare il nesso causale, è stata sottolineata una catena di ipotesi (5), tra il fatto attribuito alla causalità dannosa e ai danni psichici, in particolare nelle malattie, che va dall'ipotesi dimostrata all'impossibile. Tali ipotesi risultano di una grande importanza per il giudice nel determinare se il danno psichico verificato dagli esperti ha un rapporto totale o parziale con l'incidente o la malattia del lavoro.
V.                Conclusioni
a.       Un registro rigoroso e completo di infortuni e malattie professionali consentirebbe ai nostri Stati di tracciare strategie reali per ridurre i sinistri e migliorare le condizioni di lavoro.
b.      I fattori di rischio psicosociale riconoscono nell’organizzazione del lavoro e la violenza al lavoro due aspetti chiave.
c.       Il nesso causale tra rischio psicosociale, compito e danno viene determinato dal giudice e richiede la convergenza di fonti interdisciplinarie per l’analisi delle responsabilità.
d.      La determinazione del danno psichico in un contenzioso giudiziario deve contare sull'inconsueta collaborazione tra psichiatria e psicologia.
Riferimenti Bibliográficas
1.         Neffa, Julio. “"Rischi psicosociali nel lavoro"“; CEIL-CONICET; Bs.As. Argentina 2016.
2.         Contrera, Guillermo. Rivista "Collegamenti" Associazione Magistrati Assemblea Giudiziaria La Matanza Año 2017, n°22.
3.         Risso, Ricardo. “Danno psichico. Delimitazione e diagnosi"Año 1 n.2 pag.67/75, 2003. www.pjn.gov.ar.
4.         Castex, Mariano. Aggiornamenti in Medicina Forense e Psicologia" nº 3, Academia Nacional de Ciencias. Buenos Aires, 1989/90.

5.         Covelli José y Rofrano Gustavo. "Danno psichico" aspetti medici e giuridici" Editorial Argentina Dosyuna. Buenos Aires, abril 2008.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

LA CORTE INTERAMERICANA EXIGE AL ESTADO ARGENTINO CUMPLIR SUS DECISIONES

La Corte Interamericana de Derechos Humanos le exigió al Estado argentino que acate sus decisiones
“Un efectivo y pronto cumplimiento”
Con su actual composición y al fallar en un caso de libertad de expresión, la Corte Suprema había desestimado respetar los fallos de la Corte Interamericana. Ahora el organismo regional reclamó que la Justicia y el Ejecutivo argentinos cumplan la sentencia.
El fallo de la Corte Suprema de Justicia fue contra su propia jurisprudencia.
El fallo de la Corte Suprema de Justicia fue contra su propia jurisprudencia. 
Imagen: Joaquín Salguero
La Corte Interamericana de Derechos Humanos le exigió al Estado argentino asegurar el “efectivo y pronto cumplimiento” de su sentencia en un caso de libertad de expresión que la Corte Suprema de Justicia, con su nueva composición, decidió incumplir en febrero último. La ejecución de sus fallos “es parte fundamental del derecho de acceso a la justicia internacional” y su carácter obligatorio no está sujeto a la discrecionalidad de un órgano del Estado, destacó la Corte Interamericana, en referencia a la pretensión de Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Elena Highton –con disidencia de Juan Carlos Maqueda– de ubicar por fuera del Estado al tribunal que integran, atribuyéndole capacidad para decidir si cumplir o no las sentencias del máximo órgano judicial de la región. La Corte IDH destacó que el Poder Ejecutivo, pese a reconocer la obligatoriedad de sus fallos, tampoco acató la decisión.
El caso elegido por la Corte argentina –reconfigurada por el gobierno de Cambiemos– para devaluar al sistema interamericano y quitarle valor a la Convención Americana de Derechos Humanos tuvo su origen a mediados de los ‘90, cuando la revista Noticias publicó notas sobre Carlos Nair Menem, a quien el entonces presidente no reconocía como hijo. Menem inició juicio contra Perfil y consiguió que en 2001 la Corte, con su célebre mayoría automática, le diera la razón y considerara que se había lesionado el derecho a la intimidad; así condenó a Héctor D’Amico y a Jorge Fontevecchia a pagarle 60 mil pesos/dólares.
Acompañados por Horacio Verbitsky en representación de la extinta Asociación Periodistas y años después del CELS, ambos periodistas llevaron el caso a la Comisión (CIDH) y de allí a la Corte Interamericana, que diez años después (2011) concluyó que el Estado había violado el derecho a la libertad de expresión de quienes habían publicado información de interés público nada menos que sobre un presidente de la Nación. El tribunal dispuso, como medidas de reparación, que se debía publicar su sentencia, indemnizar a los periodistas para que se les reintegrara el dinero que debieron pagarle a Menem y que se debía dejar sin efecto la condena civil.
El Estado sólo cumplió estrictamente el primer punto. El 14 de febrero, por mayoría, la Corte argumentó que los fallos de la Corte IDH sólo son obligatorios “en principio” y que en este caso “revocar la sentencia firme dictada por este Tribunal implica privarlo de su carácter de órgano supremo del Poder Judicial argentino y sustituirlo por un tribunal internacional en clara transgresión a la Constitución Nacional”. Contrariando el derecho internacional y el artículo 68 de la Convención Americana, por el cual las decisiones de la Corte IDH son obligatorias, los jueces supremos establecieron que pueden decidir cuándo y cómo cumplir esas sentencias, con criterios poco claros. Para justificar su decisión citaron un discurso de Joaquín V. González, de 1909, pasando por alto los avances en materia de derechos humanos y derecho internacional registrados desde entonces.
El 21 de agosto, a pedido del CELS, la Corte IDH realizó una audiencia pública de la que participaron la CIDH y representantes del Estado. Tras esa audiencia, en una resolución que se conoció el lunes, el tribunal cuestionó el fallo de Lorenzetti & Cía. al recordar que la ejecución de sus sentencias “es parte fundamental del derecho de acceso a la justicia internacional” y “lo contrario supone la negación misma de este derecho para víctimas de violaciones de derechos humanos”. Agregó que la obligatoriedad de sus decisiones no está sujeta a la discrecionalidad de un órgano del Estado, menos aún cuando ese órgano (la Corte en su versión menemista) configuró la violación original con su fallo de 2001.
La decisión del tribunal reconfigurado con el desembarco de Rosenkrantz y Rosatti “contrasta ampliamente con su línea jurisprudencial anterior”, que se destacaba como ejemplo positivo de reconocimiento de los tribunales de la región sobre su carácter vinculante, sostuvo, y agregó que la Corte hizo una interpretación equivocada al equiparar la disposición de dejar sin efecto la condena civil con una orden de revocación. “En vez de asumir el importante rol que como tribunal nacional de más alta jerarquía en protección de derechos fundamentales de Argentina le corresponde”, emitió una decisión que no establece ninguna acción para dar cumplimiento al fallo, sostuvo.
La Corte IDH remarcó que aunque los representantes del Ejecutivo reconocieron la obligatoriedad de las sentencias, tampoco actuaron para acatarla. Concluyó con la orden de que el Estado adopte “a la mayor brevedad las medidas que sean necesarias para dar efectivo y pronto cumplimiento” a las reparaciones, puntualmente a dejar sin efecto la sanción civil y reintegrar a los periodistas los “costos y gastos” del juicio. El Gobierno deberá volver a informar las medidas adoptadas a más tardar el próximo 28 de febrero.
La decisión de la Corte Interamericana en un caso sobre libertad de expresión que tiene por peticionario a Jorge Fontevecchia se conoce paradójicamente mientras seis trabajadores de prensa de la editorial Perfil –incluidos los delegados de la Comisión Interna Sipreba– son sometidos a juicio oral acusados de atentar contra la libertad de prensa. En el juicio que se sustancia en Comodoro Py se analizan medidas gremiales desarrolladas en respuesta a trece despidos en Perfil, notificados el mismo día en que se realizaba la elección de comisión interna y que incluían a uno de los miembros de la Junta Electoral que debía gozar de inmunidad gremial.