martes, 22 de abril de 2014

Una experiencia en Gotemburgo, Suecia para mejorar el empleo



De Suecia para el mundo: irrumpe la jornada laboral de seis horas[i]

Bajo la mirada de otros países y de empresas, una ciudad sueca comenzó a testear la productividad de ese horario

Luisa Corradini 

PARÍS.- ¿Trabajar seis horas por día y cobrar como si fueran ocho o nueve? ¿Quién podría decir que no? El atractivo proyecto responde a la iniciativa del intendente de la ciudad sueca de Gotemburgo, para crear puestos de trabajo y aumentar la productividad de sus empleados.
Mats Philem, responsable de esa urbe de 500.000 habitantes, la segunda entre las más grandes de Suecia, propuso a comienzos de abril a su consejo municipal reducir el tiempo de trabajo a la mitad de sus empleados durante un año. En ese período, la otra mitad continuará trabajando con el mismo horario; todos recibirán el mismo salario.

"Al término de la experiencia, compararemos ambos grupos. Esperamos constatar menos ausencias por enfermedad entre quienes trabajaron menos y que los asalariados se sientan mejor mental y físicamente", explicó Philem.

Convencido de que la productividad es menor cuando las jornadas laborales son más largas, el intendente del Partido de Izquierda espera también aumentar la eficiencia de su administración.
Su experimento convirtió a Gotemburgo en un laboratorio que, desde comienzo de mes, está bajo la lupa y es tema de conversación de las grandes empresas multinacionales y de otros gobiernos.
Philem se apoya en numerosos estudios que demuestran, en efecto, que una jornada de trabajo más corta influye positivamente en la productividad. Basándose en cifras publicadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el instituto Policy Mic confirma: "Mientras más se trabaja, menor es la productividad".

Actualmente, los suecos trabajan un promedio de 36,5 horas por semana. Suecia está entre los países de la OCDE que tienen las semanas de trabajo más cortas. En Francia, que hace 14 años adoptó un régimen similar, el horario semanal oficial es de 35 horas, pero los franceses trabajan un promedio de 38 horas. El resultado no es el mismo cuando se comparan ambos países en términos anualizados. Allí, los franceses trabajan menos que los suecos: 1482 horas por año contra 1636.

No obstante, Francia mantiene una competitividad superior a la sueca y a muchos otros países. Los turcos, por ejemplo, se acercan a las 49 horas semanales, pero en términos de competitividad están muy lejos de Francia, de Noruega (33,9 horas) o Luxemburgo (37 horas).

En todo caso, todos los estudios demuestran que Francia es el país donde menos se trabaja en el mundo. Según el sitio económico Business Insider, los franceses se ubican justo delante de Alemania, Luxemburgo y Bélgica. Un gráfico demuestra que los países que más trabajan son Corea del Sur, México y Chile, mientras que Estados Unidos se encuentra en el promedio de los miembros de la OCDE.

Ese récord francés no se debe únicamente al tiempo laboral semanal, también tiene en cuenta la edad de la jubilación. Hace 14 años, el gobierno socialista dirigido por el premier Lionel Jospin instauró en Francia la semana de 35 horas para crear puestos de trabajo. Desde entonces, una avalancha de críticas se abate sobre esa medida, acusada de haber derrumbado la competitividad de las empresas y la performance económica del país. Las cifras, sin embargo, parecen desmentirlo.

Excluyendo del análisis la gran crisis financiera que golpeó a Europa a partir de 2007, un informe del Departamento de Análisis y Previsión del Observatorio Francés de Coyunturas Económicas estima que la actividad en el sector privado francés experimentó un pico de crecimiento de 2,9% de promedio anual en el período de aplicación de la ley. "Entre cinco de los mejores años que conoció el sector privado en los últimos 30 años, tres se sitúan durante el período 1998-2002 -según un criterio de crecimiento económico- y cuatro si se retiene el de creación de puestos de trabajo", anota el estudio.

Para el organismo, tras la aplicación de las 35 horas, "los resultados franceses fueron mejores que los registrados en el resto de la eurozona, sobre todo comparados a Alemania e Italia. Durante el decenio 1998-2007, el crecimiento fue superior en un punto al de Italia y en 0,8 puntos al de Alemania", afirma.

Francia no fue el único país que decidió reducir el tiempo semanal de trabajo. Finlandia hizo la experiencia entre junio de 1996 y diciembre de 1998. Por la grave recesión, 20 municipalidades participaron en el proyecto "6 + 6". Los empleados trabajaban seis horas, reemplazándose unos a otros. "La mayoría de los participantes afirmaban sentirse menos cansados y menos agotados emocionalmente al término de la jornada", anotaba el instituto Dollars and Sense, en 2001.

Los empleadores, sin embargo, decidieron poner fin a la experiencia, pues consideraron que el aumento de productividad, eficiencia y disponibilidad de los servicios no eran suficientes como para absorber los mayores costos del trabajo.

Dejar a la gente trabajar en la forma que desee "sólo puede aumentar la productividad", afirma Dharmesh Sha, cofundador y director técnico de la firma Hubspot. A su juicio, ese sistema permite a los empleados hacer su trabajo en el mejor momento para ellos y no en horarios convencionales. "Pero, sobre todo -afirma-, aumenta en forma exponencial el sentido de responsabilidad.".


[i] Fte: LN 20 de abril de 2014

lunes, 21 de abril de 2014

DIA MUNDIAL DE LA SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO

28 de abril dia de la Salud y Seguridad Laboral

Seguridad y salud en el trabajo

Cada 15 segundos, un trabajador muere a causa de accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo.

Cada 15 segundos, 160 trabajadores tienen un accidente laboral.
Cada día mueren 6.300 personas a causa de accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo – más de 2,3 millones de muertes por año. Anualmente ocurren más de 317 millones de accidentes en el trabajo, muchos de estos accidentes resultan en absentismo laboral.

El coste de esta adversidad diaria es enorme y la carga económica de las malas prácticas de seguridad y salud se estima en un 4 por cierto del Producto Interior Bruto global de cada año.

Las condiciones de seguridad y salud en el trabajo difieren enormemente entre países, sectores económicos y grupos sociales. Los países en desarrollo pagan un precio especialmente alto en muertes y lesiones, pues un gran número de personas están empleadas en actividades peligrosas como la agricultura, la pesca y la minería. En todo el mundo, los pobres y los menos protegidos - con frecuencia mujeres, niños y migrantes - son los más afectados.

El Programa de Seguridad y Salud en el Trabajo y Medio Ambiente de la OIT, SafeWork, tiene como objetivo crear conciencia mundial sobre la magnitud y las consecuencias de los accidentes, las lesiones y las enfermedades relacionadas con el trabajo. La meta de SafeWork es colocar la salud y la seguridad de todos los trabajadores en la agenda internacional; además de estimular y apoyar la acción práctica a todos los niveles.

Trabajo decente es trabajo seguro.

Actualidades

  1.   17 de abril de 2014
  2. Convenio sobre el trabajo marítimo
    Nuevas medidas para proteger a la gente de mar
    11 de abril de 2014

Recursos clave

  1. Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo
    La Enciclopedia puede ser considerada como el mejor ejemplo de instrumento divulgativo por la amplitud de los temas que recoge, por la rigurosidad con que los trata, por su tradición consolidada y por su enorme difusión, que la convierten en el libro de consulta por excelencia en materia seguridad y salud en el trabajo, a lo largo y ancho del mundo entero.

Convenios y recomendaciones

El Debate por la Reforma Penal


Fte.P12 21.4.2014

Una discusión abierta y en todo el país

El anteproyecto de Código Penal entra a partir de hoy en una etapa de revisión y se recibirán observaciones al texto de universidades, ONG y asociaciones de abogados y jueces.

Por Werner Pertot
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La Presidenta le encomendó la redacción del anteproyecto a una comisión de especialistas, en 2012.
Como ocurrió con la ley de medios, el anteproyecto del Código Penal entrará a partir de hoy en un período de debate abierto a la sociedad.
El Gobierno publicará el texto del anteproyecto sin hacerle cambios y abrirá un lapso de noventa días de observaciones al texto en universidades, ONG y asociaciones de abogados y jueces. Luego, la comisión redactora sumará un nuevo dictamen al anteproyecto y recién entonces se elaborará un proyecto de ley para que se discuta en el Congreso. El puntapié lo darán hoy a las 18 en la Facultad de Derecho de la UBA el juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni, el ex ministro de Seguridad León Arslanian, la socialista María Elena Barbagelata, el macrista Federico Pinedo y el radical Ricardo Gil Lavedra, junto a los decanos de las facultades de Derecho de todo el país. El massimo se opuso a la consulta a sectores académicos y exigió escuchar a “la gente”.
El actual Código Penal viene recibiendo parches y zurcidos desde 1921. Se calcula que tuvo unos 900 cambios impulsados por climas de opinión. El más radical fue el de las llamadas “leyes Blumberg”, que terminó de desbalancear la proporcionalidad entre las penas por los distintos delitos. Algunos delitos contra la propiedad tienen hoy una pena igual o mayor a delitos contra la vida. El Gobierno encomendó en 2012 a un grupo de especialistas que provienen de distintas extracciones partidarias la redacción de un anteproyecto de reforma del Código Penal, que recuperara una armonía entre sus distintas partes. El anteproyecto fue entregado a la Presidenta, quien anunció en su discurso de apertura de sesiones ordinarias –en marzo pasado– que lo estaba analizando el Ministerio de Justicia.
Antes de que hubiera un proyecto definitivo o siquiera se presentara en el Congreso, el diputado Sergio Massa lanzó una campaña contra el anteproyecto, que incluyó el pedido de una consulta popular sobre el tema (algo que está específicamente prohibido por la Constitución). Hasta ayer en el conurbano seguían los carteles de la “consulta popular”. Luego de un cruce de críticas, Massa consiguió que los otros sectores de la oposición dieran un giro y rechazaran el tratamiento del proyecto. Esto fue especialmente notorio para aquellos sectores que habían participado de la redacción del anteproyecto, como la UCR, el socialismo y el PRO.

Debate penal

La decisión del Gobierno de abrir un período de revisión por parte de universidades, asociaciones de profesionales y ONG intenta reencauzar la discusión sobre qué Código Penal hace falta. La Secretaría de Justicia publicará el anteproyecto tanto en la web como en una edición impresa.
Las consultas se extenderán por tres meses e incluirán a varias ONG que se dedican al tema y asociaciones de abogados y jueces. Entre otras, incluyen al CELS, a la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA), a la Asociación de Magistrados, a la Federación Argentina de la Magistratura y a la Asociación Argentina de Profesores de Derecho Penal.
El debate de la reforma involucrará a las cátedras de Derecho Penal, Procesal Penal y Criminología de las facultades de Derecho.
El coordinador de la comisión redactora, Roberto Carlés, recordó que hubo consultas también durante la redacción del anteproyecto, tanto por parte de la comisión como a través de la página web del Ministerio de Justicia. “Mientras funcionó la comisión, hicimos dos convocatorias bastante amplias: más de 200 invitados, había de todo. Abogados, jueces, hasta asociaciones de víctimas. Estábamos interesados en tener aportes previos a la redacción. También recibimos 500 propuestas de todo tipo por la web de ministerio (pena de muerte, castración química, uno o dos de despenalización de la marihuana, también en materia de aborto). Se mostraron más militantes los que proponían cuestiones de mayor severidad.” Ese ida y vuelta fue parte de la tarea de redacción del anteproyecto que –según insisten– no es un texto cerrado.
“Se va a publicar la versión de la comisión, sin modificaciones del Ejecutivo, y se va a dar un plazo de aproximadamente 90 días para recibir propuestas, críticas y observaciones, opiniones de todo tipo de universidades, ONG, asociaciones de profesionales. La idea es que la participación sea lo más amplia posible –relató Carlés–. Luego de esto, la comisión va a tener la posibilidad de emitir un dictamen, ya sea sugiriendo modificaciones al proyecto o respondiendo a observaciones. Todo esto engrosaría el anteproyecto con el que trabajará el Ejecutivo para elaborar un proyecto de ley definitivo. Eso, obviamente, no quita que haya un debate posterior cuando haya un proyecto de ley.” Carlés señaló que “es un proceso largo, porque no es un parche más. Es un Código Penal nuevo. El debate se desvirtuó por una cuestión de oportunismo político de Massa”. La socialista Barbagelata coincidió: “Lo que queremos es un debate en serio, no un tironeo de consignas falsas”.
El puntapié inicial será hoy en el aula magna de la Facultad de Derecho de la UBA a las 18. Allí estará el ministro de Justicia, Julio Alak, junto a los integrantes de la comisión y los rectores y decanos de las facultades de Derecho del país. Además, diversas entidades están organizando debates. Carlés estuvo en una conferencia en Catamarca la semana pasada y esta semana participará en otra organizada por el Colegio de Abogados y la APDH de Santiago del Estero. Habrá otros debates en la Asociación de Abogados porteña y en el Colegio Nacional de Buenos Aires.

Réplicas

Sin dudarlo, desde el massismo salieron a repudiar la posibilidad de un debate académico. “Quieren esconder en las universidades lo que no le pueden mostrar a la gente”, bramó el intendente de San Miguel, Joaquín de la Torre. “¡Dejen hablar a la gente! ¿Qué pasa? ¿Le tienen miedo?”, afirmó el intendente massista, quien consideró que “esta iniciativa busca acallar el reclamo que venimos haciendo desde que se dio a conocer este proyecto de reforma: que se debata, que se escuche a la gente, que salgan a la realidad”.
El jefe de la bancada del PRO, Federico Pinedo, señaló a Página/12 que “un Código Penal tiene que tener un enorme consenso y para eso es imprescindible tener una conversación seria en la sociedad y no una puteadera”. Sobre el planteo de Mauricio Macri, quien dijo que era mejor discutir este tema en 2016, Pinedo interpretó: “Lo que dijo Macri, y lo analizamos en conjunto, fue que no parece que estén dadas las condiciones para dar una discusión seria para llegar a un Código Penal para la Argentina. Se requiere seriedad, buena fe y un acuerdo amplio. Massa ha tomado el tema no como una tarea de búsqueda de acuerdos sino como un tema de posicionamiento político en base a la desinformación y la descalificación. No es el camino para buscar los acuerdos que esto necesita”. En tanto, la aliada PRO Patricia Bullrich, que preside la Comisión de Legislación Penal, consideró que “siempre la consulta es buena. Pero el tema es cómo se seleccionan los que opinan. ¿Es para legitimar el anteproyecto o es para sacarle responsabilidad a Zaffaroni? Mejor que las consultas se realicen en el Congreso, con acuerdo de todos. Es más neutral”.
–¿Conversaron este tema con Pinedo? –le preguntó este diario.
–No aún.
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martes, 15 de abril de 2014

Discurso del Prof. Barreto Ghione en la despedida a Don Hector Barbagelata






 Hugo Barreto Ghione


  Despedida al Prof. Barbagelata en la Facultad de Derecho

Discurso de Despedida al Profesor Hector – Hugo Barbagelata, fallecido el 13 de abril de 2014,  pronunciado en la Facultad de Derecho en ocasión de su velatorio en el hall del edificio central

La Decana de la Facultad de Derecho, la Prof. Bagdassarian, me ha encomendado la difícil tarea de despedir al querido Profesor Hector – Hugo Barbagelata.

El desafío mayor radica en el brete de sintetizar, en un mensaje necesariamente breve, una diversidad de intereses intelectuales tan variopintos como los que desplegó Barbagelata en su trayecto vital, que culminó con entusiasmo casi juvenil al promover la creación de la Fundación Electra en homenaje a su esposa.

Barbagelata se destacó, todos sabemos, en varios ámbitos:

a)      En el periodístico, fue colaborador del diario Acción y del semanario Marcha, por citar dos medios emblemáticos, siendo parte de la llamada “generación del 45” junto a otros notables ensayistas y escritores como Mario Benedetti, Angel Rama, Carlos Maggi y otros;

b)      En el ámbito de la cultura, ejerció la actividad teatral, y fue Director de la Escuela Municipal de Arte Dramático y del SODRE.

Sobre su doble actividad de actor y profesor Barbagelata tiene páginas memorables. En una entrevista realizada para la Revista Derecho Social Latinoamérica dirá que “la actividad de profesor es análoga a la del actor, especialmente si uno piensa en la Commedia dell Arte, esto es, en ese género teatral en el que se improvisa a partir de algunas pautas, y ¿qué otra cosa hace el profesor a partir del esquema que lleva escrito y consulta en la clase o que tiene grabado en la memoria?”

Y agrega: “mientras el escritor apaga la computadora y se ocupa de otra cosa, el profesor y el actor saben que la función debe continuar. Por eso también todas las funciones son diferentes, en realidad únicas, como lo son cada una de las clases, aunque el tema tratado sea el mismo”.

Finalmente dice que “otro rasgo común es la instantaneidad y lo efímero de la actuación del actor y del profesor. Esta función, ese acto, esa parte, que hoy marchó muy bien, o esa clase que gustó al profesor y que el auditorio sintió que lo enriquecía, no dejan mas que un leve rastro que tiende a desvanecerse muy rápidamente. La suma de estos rastros puede que adquiera la calidad de buen recuerdo en algunos integrantes del público y eso es a lo más que actores y profesores pueden aspirar, aunque unos y otros saben, sabemos, que como dice un personaje de Tennesee Williams la eternidad es una palabra muy larga que no tiene nada que ver con los actores y los profesores”.                                                                            

c)      En el ámbito sindical, decía Barbagelata con satisfacción que fue el segundo asesor con que contó el movimiento sindical uruguayo de mediados del siglo pasado, y en ese orden es recordado su paso por FUECI y su profunda amistad con Pepe D´ Elia, con quien tuvo algunos furtivos encuentros durante la dictadura, casi de cuento policial, cuando ambos estaban proscriptos y vigilados. Gustaba decir, con orgullo no declarado, que nunca había asesorado patrones;

d)     En el ámbito político fue subsecretario del Ministerio de Trabajo en el Gobierno de Gestido;

e)      En el ámbito universitario tuvo una significación extraordinaria, constituyéndose en uno de los pilares – surgen los nombres de Américo Plá Rodríguez, Oscar Ermida, Helios Sarthou y Osvaldo Mantero – uno de los pilares, decía, de la llamada Escuela Laboralista Uruguaya.

Si difícil es sintetizar la multiplicidad de intereses intelectuales de Barbagelata es más difícil, paradojalmente, circunscribir cuales fueron sus aportes principales en el terreno aparentemente más reducido del Derecho del Trabajo.

La explicación está en los detalles, decía Walter Benjamin, pero estos son abrumadores en el caso de Barbagelata.

Si hay que optar  por dos perfiles de su actividad, parece que debemos referirnos en primer lugar a la revista Derecho Laboral, fundada en 1948 junto al Profesor Francisco de Ferrari y un igualmente joven Américo Plá Rodríguez. La revista ha sido un ejemplo de conducta editorial pluralista y comprometida a la vez; independiente y rigurosa, generadora de una cultura jurídica singular y vehículo de la mejor doctrina nacional e internacional.

El segundo aporte que anotamos es la creación y sostenimiento del posgrado de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en nuestra Facultad de Derecho, así como su cátedra “Evolución de Pensamiento Juslaboralista”, un inédito y erudito repaso de la historia de las ideas del derecho social, felizmente recogido en libro.

Pero el aporte de Barbagelata nunca se ha limitado al plano de lo exclusivamente académico, si lo entendemos como un mero ejercicio, casi diletante, ajeno a los avatares políticos y sociales. No podríamos soslayar hoy y en esta casa, la profundidad de sus convicciones democráticas y republicanas, materializadas en su oposición a la intervención de la Universidad mediante su retiro en 1973  junto a un grupo de colaboradores cercanos, alguno de los cuales felizmente nos acompañan aquí.

En lo cotidiano, lejos de ser un profesor de trato distante o áspero  o vanidoso, como corresponde a cierto arquetipo del académico enjundioso, era un conversador y narrador ameno, entusiasta, muy ingenioso, y por su memoria prodigiosa pasaba buena parte de la historia del Uruguay del siglo XX en una especie de crónica salpimentada de anécdotas de figuras tan heterogéneas como Margarita Xirgú, Carlos Quijano, Luis Batlle Berres, Paco Espínola, Rodríguez Andrade y su querido Rampla Juniors.

La lista sería muy extensa, y más de una vez pensé – y lo conversamos con Laura Zúñiga - que esas historias merecían un libro de memorias que Barbagelata nunca quiso escribir.

Esa sabiduría situada fuera de los libros revela una existencia exquisita, y quedará para siempre recluida a los testimonios orales que escuchamos muchos de sus discípulos, haciendo en parte cierto aquel veredicto de un escritor africano cuando dijo “Cuando muere un sabio, arde toda una biblioteca”.

Por último, decimos y repetimos que Barbagelata fue un MAESTRO.

¿Cual es el sentido del magisterio de Barbagelata?

¿Qué queremos decir?

Desde mi punto de vista, decir que fue un maestro es retrotraernos al sentido más básico del término: maestro es quien nos enseña a LEER y a ESCRIBIR, y Barbagelata nos enseñó a leer y escribir… el Derecho del Trabajo.

Nos enseñó a leer porque sus recensiones y comentarios a libros y artículos que realizaba en las reuniones del Instituto de Derecho del Trabajo de la Facultad de Derecho – siempre los viernes a las 8 en punto – se convertían en una verdadera lección de ejercicio crítico de la lectura, un ejemplo de cómo tomar un texto no como verdad revelada para repetir lo dicho por la “autoridad”, sino para debatir, discutir y avanzar en la comprensión de la realidad y el estudio del Derecho del Trabajo.

En esas insospechadas lecciones nos enseñaba la importancia del acto de leer, como recordando aquella referencia borgeana de quien se ufana de lo leído mas que de lo que ha escrito.

Barbagelata nos enseñó también a escribir, porque su poética, su estilo de escritura- despojada, seca, concentrada – es también parte de su magisterio. Barbagelata iba a lo esencial, complementando la economía del texto con una escritura en paralelo en las citas al pié de página (nunca al final del artículo), donde desarrollaba muchas veces el discurso principal, o sorprendía con la innovación de un punto de vista provocador. Las citas al pié de página remitían a otros libros o invitaban a otros descubrimientos, eran una ventana abierta, dejando la senda de nuevos caminos para andar, quizá evocando a su admirado Antonio Machado.

El lector Barbagelata y el escritor Barbagelata eran dos caras de un mismo proyecto intelectual, y nosotros en el Instituto de Derecho del Trabajo tuvimos la oportunidad única y definitiva de meternos en el laboratorio del profesor. Y en esa dialéctica lectura/escritura, nos enseñaba la casi intimidad revelada de su lectura silenciosa, transformada en el Instituto en comentarios mordaces, incisivos, sin pretensión alguna de neutralidad (como fue Barbagelata en todas sus cosas).

En definitiva, Barbagelata supo amalgamar todas esas facetas – cultura, política, universidad, sindicatos – en una única, espesa y coherente urdimbre de valores vividos en austera radicalidad.

En la entrevista citada, reconoce que esos diversos menesteres llevan al sujeto “a ver las realidades desde distintos puntos de vista, pues es algo sabido cuan diferente es exponer un tema en la Universidad, asesorar a ese respecto o llevar adelante una línea política. Por mi parte, en todos los casos me esforcé en mantener coherencia entre los dichos y las acciones emprendidas, incluso para determinar cuando era el momento de dar por terminada una etapa y para advertir las incompatibilidades y reconocer la sabiduría sanchopancesca del refrán que nos dice que “no se puede repicar y andar en la procesión”.

Claro, me faltó decir que Barbagelata, además de una forma de leer y de escribir, nos dejó una ETICA para andar en la procesión de la vida.

Hugo Barretto Ghione