Caso Maldonado: La oscura trama detrás de la
pelea entre los mapuches y Benetton
Por Andrés Klipphan 10 de septiembre de 2017
Desde la Conquista del Desierto, encabezada por
el general Julio Argentino Roca, entre los años 1878 y 1885, y que produjo el
primer gran genocidio argentino, hasta la "desaparición forzada"
(según la Justicia) de Santiago Maldonado, las tierras donde habría
desaparecido el artesano supuestamente a manos de un grupo de gendarmes,
propiedad del Grupo Benetton, están marcadas por historias de violencia y
sangre que bien vale la pena repasar.
El mayor terrateniente
Luciano Benetton, la cabeza del grupo
empresarial italiano United Color of Benetton, es el mayor terrateniente de la
Argentina después del Estado nacional y las provincias. A través de la Compañía
Tierras del Sud Argentino (sucesora de The Argentine Southen Land Company
Limited), es dueño del 9% de las mejores tierras de la Patagonia. En total, la
firma comercial, cuyo presidente es su hermano Carlo, posee 900.000 hectáreas
repartidas en las provincias de Neuquén, Rio Negro, Santa Cruz, Chubut y en
menor medida en Balcarce, en la provincia de Buenos Aires.
En la Patagonia, a Luciano Benetton lo llaman
"El señor de las estancias". Es que sus sociedades son propietarias
de ocho establecimientos rurales, entre ellos, la estancia Leleque, una de las
más antiguas de la zona. Desde el 1 de agosto, día en que el artesano Santiago
Maldonado habría sido desaparecido de manera forzada por un grupo de gendarmes
dentro de esos campos, el apellido Benetton, y la estancia Leleque, está en
boca de todos.
Leleque tiene una extensión de 183.100
hectáreas. A ese lugar paradisíaco los trabajadores lo denominan "La
Jaula", ya que la belleza de esa zona patagónica quedó atrapada por
tranqueras con candados y alambres de púa. Desde el año 2005, casi un 30% de
esas hectáreas fueron "tomadas", "usurpadas" o
"recuperadas", según quien relate la historia, por un grupo de
mapuches que reclaman la propiedad de ese territorio que ancestralmente le
pertenecía, y que la Compañía Tierras del Sud Argentino, con la supuesta
complicidad judicial y política, se habría apropiado de manera ilegal, según
las causas judiciales que tramitan en los tribunales chubutenses, aunque los
magistrados siempre fallaron a favor de los empresarios italianos.
Dentro de Leleque, y por un convenio firmado
entre Carlo Benetton, la Secretaría de Seguridad de la Nación (cuando el
presidente era Carlos Saúl Menem) y la provincia de Chubut, funciona una
comisaría y, aunque muy pocos conocen este detalle, una base logística de
Gendarmería. Desde ese lugar partieron, por ejemplo, parte de los efectivos que
desalojaron de manera violenta a un grupo de la comunidad mapuche "Lof en
Resistencia" del departamento de Cushamen, entre los días 10 y 12 de enero
pasado.
La orden fue impartida por el juez Guido
Otranto. El mismo que investiga la presunta "desaparición forzada" de
Maldonado después de ordenar otro desalojo, esta vez corte de la ruta 40, a la
altura del kilómetro 1848 lugar donde, desde hacía varios días, unos 20
mapuches acompañados por Maldonado –quien no es aborigen pero apoya su causa-
reclamaban por la libertad de Facundo Jones Huala, el líder de la Resistencia
Ancestral Mapuche (RAM), detenido durante los primeros días de enero, junto a
su primo Fausto Emilio Jones Huala y otros nueve integrantes de la comunidad
aborigen.
De esos once detenidos sólo queda preso el
líder RAM ya que hay un proceso de extradición abierto por solicitud de la
Justicia chilena que lo acusa de haber participado en la quema de una estancia
donde falleció un matrimonio de cuidadores mientras dormían.
El pasado viernes 8 de septiembre, cuando el
juez federal Otranto ordenó rastrillar el Río Chubut para ver si descubrían
rastros de Maldonado (o su cuerpo sin vida), parte de los efectivos de la
Policía Federal Argentina y Prefectura Naval utilizaron como base operativa la
Estancia Leleque. La autorización la otorgó directamente Carlo Benetton, el hombre
de la familia encargado de las inversiones en la Patagonia Argentina.
Todo es historia
Según los documentos oficiales de la propia
empresa, la Compañía de Tierras del Sud Argentino S. A. fue originalmente
inglesa y se conformó el 1 de mayo de 1889, fundada en Londres bajo el nombre
"The Argentinian Southern Land Company Ltd". Fue creada para
administrar los campos de un puñado de lores ingleses, devenidos en poderosos
terratenientes en el país, que habían recibido esas tierras como parte de pago
del Estado Argentino a la Corona Británica por haber financiado la campaña
militar denominada "Conquista del Desierto" entre los años 1878 y
1885.
Aquella matanza y desplazamiento de los pueblos
originarios mapuches, ranqueles y tehuelches, entre otros, fue liderada por el
general Julio Argentino Roca, concuñado de quien en 1889, fecha de la creación
de la Compañía, era el Presidente de la Nación, Miguel Juárez Celman.
Durante la sanguinaria campaña de Roca se
desplazaron y asesinaron, por ejemplo, a los mapuches-tehuelches que vivían en
las tierras que hoy son de Benetton y que reclaman ancestralmente como propias.
Siempre según los documentos oficiales de la empresa -ahora en manos de
Benetton-, el 3 de Julio de 1975, la Great Western, una empresa offshore radicada
en Luxemburgo -y que por entonces estaba en manos de una de las grandes
familias terratenientes nacionales, los Menendez Hume, Ochoa & Paz Repetto-
compró el paquete accionario de la sociedad inglesa y pasó a ser de capitales
netamente nacionales.
Siguió operando con ese nombre, y
administrando inclusive la estancia Leleque, hasta el 26 de mayo de 1982. Ese
día, los accionistas de manera unánime decidieron cambiar su nombre por el
actual Compañía de Tierras del Sud Argentino S.A. La razón: los ingleses
estaban en guerra con los argentinos por las Islas Malvinas.
En 1991, las acciones de la firma
-con propiedades, vacas y ovejas- pasó a manos del grupo italiano Edizione
Holding International N.V. del Grupo Benetton. Como presidente de la Compañía
de Tierras del Sud Argentino S.A. fue designado Carlo Benetton y el resto del
directorio estaba (y lo está aún) conformado por argentinos.
El imperio Benetton en Argentina en
números
La verdadera dimensión de los campos
de la familia Benetton sólo puede comprenderse si se hace un relevamiento de
sus propiedades, muchas de ellas ubicadas en zonas de seguridad nacional, es
decir, en las fronteras. En nuestro país, el hombre de las remeras y los
colores estridentes es dueño de:
-900.000 hectáreas en campos en
Buenos Aires, Chubut, Río Negro y Santa Cruz. A diferencia
de los otros extranjeros dueños de tierras como Douglas Tompkins o Ted Turner,
Benetton explota los campos a su máximo nivel de productividad.
-80 millones de dólares es la inversión
que realizó en la compra de esas tierras.
-15 millones de dólares fue el
dinero que usó para la remodelación y la puesta a punto de sus estancias.
-290.000 ovejas, según los últimos
datos de SENASA.
-16.000 son las cabezas de ganado
vacuno que tienen en la actualidad.
-5.200 son las hectáreas forestadas
por sus sociedades.
-8.000 hectáreas están destinadas a
la agricultura en la provincia de Buenos Aires.
En La Patagonia tienen ocho de las
mejores estancias. El 31 de marzo de 1995, adquirieron la estancia El Cóndor,
ubicada a 72 kilómetros de Río Gallegos. Tiene una superficie de 8.000
hectáreas. Ese mismo año, los italianos compraron también las estancias Cruz
Ayke y La Porteña. Ambas propiedades suman 200.000 hectáreas, están emplazadas
en la provincia de Santa Cruz.
En abril de 1997, incorporan al
casco principal la estancia vecina Monte Aymon de 20.000 hectáreas. En la misma
provincia, en la localidad de San Julián, compran la bellísima estancia Coronel
de 335.000 hectáreas con 10 kilómetros de costa y paisaje mediterráneo.
Pero las compras de los hermanos
Benetton no terminaron en la provincia que supo gobernar el ex presidente
Néstor Kirchner. En Chubut compraron la ya mencionada Leleque. La otra es El
Maitén. Abarca unas 123.000 hectáreas. En Río Negro adquirieron la estancia
Pilcañeu, de 50.000 hectáreas.
Según aseguran en su página web,
"el 60% de las personas que trabajan en las Estancias de la Cordillera
Leleque, El Maitén y Pilcañeu es de origen mapuche". Y aseguran que
"siempre ha sido un compromiso de la Compañía tener transparencia en la
contratación de su personal, brindándole los mayores beneficios adicionales
posibles, tales como viviendas de primer nivel y servicios".
Sin embargo, antes del conflicto que
mantienen en la actualidad con la RAM, en la estancia Leleque los Benetton
mantuvieron un arduo conflicto con Rosa Curiñanco y Atilio Nahuelquir. La
familia mapuche se había instalado en parte de ese predio ocupando unas 550
hectáreas que en la dirección de catastro de Chubut figuraba como "tierras
fiscales" y que antes de la "Campaña del Desierto" del general
Roca pertenecían a sus ancestros.
Antes de ocuparlas dieron aviso a
las autoridades de Esquel que, en principio, no pusieron reparo alguno. Sin
embargo Carlo Benetton, a través de sus apoderados, accionó judicialmente
presentando ciertos papeles y mapas satelitales, asegurando que esas tierras no
eran fiscales, sino de la Compañía.
El juez José Collabelli, de Esquel,
ordenó el desalojo preventivo de los aborígenes. El 7 de mayo de 2004, la
familia mapuche debió enfrentar un juicio contra una de las empresas más
fuertes del mundo. Más tarde otro magistrado, Jorge Evo, falló también falló a
favor del millonario de Treviso, dado que la familia mapuche no pudo demostrar
fehacientemente la propiedad de esas tierras que aseguraban eran de sus
antepasados.
Finalmente fueron desalojados por
Gendarmería a palazos y balas de goma. Pero insistieron y reclamaron tanto que
el propio Luciano Benetton los recibió en una de sus mansiones en Roma.
No viajaron solos. Fueron
acompañados por el Premio Nobel de la PazAdolfo Pérez Esquivel (quien le contó
sobre la reunión a quien escribe esta nota) junto con representantes de la
Organización Mapuche/ Tehuelche 11 de Octubre. Fue en noviembre de 2004. Del
cónclave también participó el entonces embajador argentino en Italia, Victorio
Tachetti, y el alcalde romano, Walter Veltroni.
Al final del encuentro, según relató
Pérez Esquivel, los Benetton aceptaron "de palabra" devolver las
tierras que ancestralmente les pertenecían a los Curiñanco. Sin embargo, cuando
la comitiva ya estaba en la Argentina, la Compañía de Tierras del Sud Argentino
S. A. –siempre según los dichos del Premio Nobel- les informó que "los
Benetton ofrecían donar tierras, pero en otro lugar de la Patagonia, no
ahí".
Los mapuches no accedieron a irse,
volvieron a ocupar el lugar, pero esta vez Luciano y Carlo Benetton no los
desalojaron. Les dijeron que podían quedarse hasta que muera el matrimonio pero
que sus descendientes deberían irse al fallecer sus padres, un hecho que por
fortuna aún no ocurrió.
La pareja mapuche –que no participa
de la violencia RAM ni de los cortes de ruta- observó cómo después otros
descendientes ancestrales, que también aseguraron que esas eran tierras
fiscales y no de Benetton, los imitaron. El resto pertenece a la historia
reciente.
Los doce desalojos y represiones de
los últimos tres años solicitados por los Benetton ante la Justicia fueron
estimulados por la Sociedad Rural chubutense, que había alertado a los
terratenientes de la zona sobre el peligro que presentaba la ocupación de los
Curiñanco presagiando que "otras familias mapuche podían seguir el
ejemplo" y que eso desataría en la región "una ola de violencia y sangre".
Sergio Maldonado, hermano del
artesano intensamente buscado, asegura que el reclamo sobre "el
asentamiento de los Benetton en tierra Mapuche" generó el apoyo de
Santiago, hasta hoy desaparecido.
La mayoría de los datos estadísticos
y documentos utilizados en esta investigación están basados en el libro
"Tierras S.A., crónicas de un país rematado", escrito por el autor de
esta nota y el periodista Daniel Enz y que fue publicado por Editorial
Aguilar.
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