Buenos Aires, 17 de junio de 2015
Homenaje al
Profesor Juan Carlos Fernández Madrid
Se realizó en la fecha organizado por la Asociación de Abogados Laboralistas y al Colegio Público de Abogados
de Capital Federal, y se llevó a cabo en este ultima entidad, con la participación de la Dra. Viviana Dobarro, Guillermo Pajoni, Luis Raffaghelli y León Piasek con la coordinación de la Dra. Mirta Torres Nieto, cerrando el mismo el Dr. Fernández Madrid. Luego se produjo un importante intervención de algunos asistentes como Mario Elfman, Roberto Pompa, David Duarte y otros colegas del fuero.
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"Siempre serán escasas las palabras dirigidas al reconocimiento de su enorme
tarea como jurista, magistrado y catedrático de Derecho del Trabajo, evidenciada
por enjundiosas Obras y Tratados; justas Sentencias y magistrales Clases en la
academia, dotadas todas de fina sensibilidad y gran talento.
En mi caso he preferido referirme a mi propia experiencia, junto al Maestro
hoy justificadamente homenajeado.
Es imposible olvidar, que en los álgidos momentos de nuestra historia dictatorial
reciente - y de mi vida en particular - inicié la noble profesión de abogado y
la defensa de causas laborales, apoyado en un libro de consulta permanente,
inigualable obra: la Ley de Contrato de
Trabajo comentada por Centeno, Fernández Madrid y Justo López.
Luego, conocí personalmente a Juan Carlos, junto a su esposa y notoria
jurista Amanda Caubet, en unas recordadas Jornadas Nacionales organizadas por Laboralistas
en 1986, en mi ciudad de origen, Necochea, en las que tuve el honor de presidir
la comisión local.
Y recibí entonces de su parte un trato amable y cálido, de amigo, percibiendo de inmediato su gran
sencillez, virtudes inalterables, que pude constatar luego cotidianamente a
partir de 2011, cuando la vida me premió al compartir con él y Graciela Craig, la histórica Sala VI de la Cámara Nacional
de Apelaciones del Trabajo, la ardua tarea
de administrar justicia, y hacerlo de acuerdo a los principios del
Derecho del Trabajo y la tutela de la persona que trabaja.
Fue en ese momento, de gran desafío profesional para mí, que Fernández
Madrid me alentó siempre, con el elogio - quizás desmedido – de mis votos, pero
que lo comprendí como un valioso gesto de ánimo, ante ese gran compromiso.
Por todo ello le expreso mi sincera
gratitud.
Prefiero, hoy sin embargo, destacar el principal rasgo distintivo de Fernández Madrid: su
indiscutible condición de maestro de la vida, además del Derecho.
Recuerdo haber aprendido una gran lección, cuando hace pocos meses me
propuso reunir a un grupo de amigos y colegas para pensar temas actuales del
Derecho, a lo que obviamente accedí, diciéndole que era importante incorporar
jóvenes que tomen la antorcha porque dije…”nosotros
estamos hechos”…y el respondió…”No
Luis, nunca se está hecho en la vida”, una prueba de su pensamiento joven y para mí un envión
en esa carrera evolutiva de la vida.
Las máximas del maestro, aquellas expresadas bellamente por Gabriela
Mistral, le caben perfectamente a Fernández Madrid, ya que su conducta siempre fue:
· Saber y compartir…
· Simplificar los conocimientos sin quitarle su
esencia…
· De insistencia
para alcanzar las metas, también en esa gran labor de difusión y formación en
FAES, junto a Amanda.
· De fervor para
mantener la tarea y su resistencia al desencanto de épocas difíciles, sin
rendirse ante la incomprensión, manteniendo su alegría, aún ante el olvido de los
mismos a quien dirigía sus lecciones.
· De sencillez no exenta de
profundidad, sin complicaciones o banalidades en su tarea cotidiana.
Fernández Madrid, hizo crecer con su labor - qué duda cabe - al Derecho del
Trabajo continental, pero no lo hizo solo académicamente, sino que contribuyó a
forjar sólidas herramientas de tutela
de los hipo-suficientes, con efectos en la realidad, que es lo más relevante.
Y eso lo comprobé personalmente, en los últimos años de labor conjunta.
Pero además, Juan Carlos siempre educó para la vida, demostrando en ello sus dos virtudes más
notorias: la generosidad para compartir
sus conocimientos y su infatigable labor para trasmitirlos a las nuevas generaciones, enseñándoles a amar el
Derecho del Trabajo, garantizando la perennidad de los valores de la
justicia social, que siempre profesó y practicó.
Como dijera Cicerón…”Una cosa es saber y otra, saber
enseñar”...condición ésta última, ejercida por un formador prolífico
como Juan Carlos.
Piero Calamandrei decía que…"il giudice è fatto uomo giusto"...el Juez es el derecho hecho hombre…
afirmación que le cabe propiamente a Fernández Madrid, cuando de un Juez del
Trabajo se habla.
Usted ha cumplido con creces su misión, ha predicado con
el ejemplo y ¡sigue trabajando!... ¡muchas
gracias Maestro!"
** Palabras de Luis A. Raffaghelli en la oportunidad.
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