Cuando la locura y la muerte vencen a la vida aunque sea momentáneamente, no podemos encontrar palabras para explicarnos lo sucedido. Es lo que nos ocurre hoy con el asesinato de Hugo Rodriguez Intendente de Loberia, el querido pueblo donde creci y pase una feliz adolescencia. Compartimos colegio, futbol y cumpleaños de quince. Las vueltas de la vida nos reencontraron compartiendo convicciones e ideas, quizás desde distintas responsabilidades. Pero no tengo dudas de que siempre Hugo pudo andar libremente por su pueblo y hablar con todo el mundo, con un despacho abierto y presto a soluciones. Era muy respetado en ámbitos provinciales y nacionales. Vaya desde aquí mi humilde homenaje... Huguito, el de la voz ronca, la sonrisa franca y la mano siempre extendida... ¡Descansa en paz! ¡Dios te bendiga!
Luis Raffaghelli
20.10.2013
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