CALL FOR PAPERS AND WORKSHOP
Trade Unions and Cooperatives:
Challenges and Perspectives
Special Issue of the
International Journal of Labour Research, Bureau for Workers Activities and
EMP/COOP, ILO
SINDICATOS Y COOPERATIVAS EN
LA PERSPECTIVA DE CICOPA-Mercosur
Por José Hernán Orbaiceta
La presente
comunicación ha sido realizada a partir de la experiencia de la sección
Mercosur de la Organización Internacional de las Cooperativas de Producción
Industrial, Artesanal y de Servicios (CICOPA – Mercosur). En particular recoge
profusamente la experiencia Argentina, dando cuenta de algunos procesos
generales que son compartidos en Brasil y Uruguay. El cooperativismo de trabajo
en Paraguay por su parte es aún incipiente por lo que su abordaje será el más
general de los cuatro.
Como marco
general debe tenerse presente que el desarrollo del movimiento cooperativo y
sindical en la región del Mercosur es desigual y diverso. Existen situaciones
de alta incidencia de organización sindical como ocurre en los países del Río
de la Plata, y casos como el paraguayo, donde la participación de los
trabajdores en sindicatos es baja. Por su parte, el cooperativismo abarca una
gran amplitud de actores que en términos generales se agrupan en cooperativas
de usuarios y cooperativas de trabajadores. En las primeras los socios por lo
general se organizan contratando el trabajo necesario para cumplir las
funciones de su organización cooperativa. En las segundas, el trabajo es el
principal fin de estas entidades, por lo que los trabajadores son sus propios propietarios.
Esta es la perspectiva de CICOPA y por tanto la de la presente comunicación.
Es necesario
subrayar, que aún las cooperativas de usuarios cuentan con distintas
experiencias en relación al mundo sindical, existiendo casos de fuerte
articulación como es la que cuentan las cooperativas de vivienda o de consumo
en Argentina o Uruguay, nacidas muchas veces como extensión de los servicios de
los propios sindicatos.
Finalmente, a
poco de haber finalizado el Año Internacional del Cooperativismo, según la
Declaración de Naciones Unidas para el 2012, resta señalar que sobre fines del
2011 los Presidentes del Mercosur respaldaron explícitamente la Recomendación
193 de la OIT sobre la Promoción de las Cooperativas, habiendo realizado
también una declaración conjunta en su apoyo los 4 Ministros de Trabajo de la
región, en el marco de la Conferencia Intergubernamental que sobre dicha
Recomendación realizara la Reunión Especializada en Cooperativas del Mercosur
(RECM).
Numero 1.
A pesar de su
demostrada capacidad de resistencia, viabilidad y el potencial de las
cooperativas, por lo general las cooperativas de trabajo continúan siendo
actores económicos marginales, ¿cuáles son los obstáculos que se interponen en
su camino para la creación y el fortalecimiento? ¿Y cómo pueden los sindicatos
ayudar en este proceso?
Desde nuestro
punto de vista el vasto movimiento de las cooperativas tienen diferente
dificultades, de acuerdo al origen y tipo de cooperativa. En este caso vamos a
centrarnos en las cooperativas industriales o de servicios que se forman de
procesos de recuperación de empresas concursadas o quebradas y en las
cooperativas que se forman por decisión de sus integrantes de fundar una
empresa, que son quizá dos de las matrices de surgimiento más comunes en la
región.
Ilustraremos
estas dificultades a través de dos ejemplos de Argentina:
En primer
término, la Cooperativa de trabajo obrero gráfica Ferro Graf Ltda, ubicada en
la ciudad de La Plata. Esta empresa se formó por la voluntad de algunos
trabajadores que habían quedados cesantes en épocas de la dictadura militar
(1978) y con el apoyo del Sindicato Gráfico Platense que les presta una máquina
y sus instalaciones. Entre 1978 y 1979 funcionaron como Sociedad de Hecho,
entre 1979 y 1985 fue SRL y a partir de 1986 hasta hoy funciona como
cooperativa de trabajo. Son 35 años de antigüedad como empresa. En este caso,
los cooperativistas participaron siempre en la vida del sindicato, como
afiliados y en la obra social del mismo. De Ferrograf y otras cooperativas,
nace FECOOTRA (Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina)
en 1988, y de Fecootra y otras Federaciones nace la Confederación Nacional de
Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (CNCT) en 2008.
Con otra matriz
de surgimiento (empresa recuperada) podemos comentar la historia de la
Cooperativa Obrera Gráfica Talleres Argentinos Ltda, COGTAL, que nace en 1956,
de la recuperación de Editorial Alea (empresa estatal) durante el gobierno del
General Perón, que quiso ser liquidada por el golpe de Estado del 55, pero
cuyos trabajadores resistieron y con apoyo del sindicato lograron formar la
cooperativa, que funciona hasta nuestros días. El primer presidente de la
cooperativa fue Raimundo Ongaro, legendario líder sindical de los Gráficos de
Argentina, aun hoy Secretario General de la Federación Gráfica Bonaerense
(sindicato). Los trabajadores de Cogtal siempre participaron en la vida del
sindicato como afiliados y en su obra Social.
Estas
experiencias de empresas recuperadas por sus trabajadores en forma cooperativa,
o iniciativas de cooperativas de trabajo nuevas, que surgen de colectivos que
comparten un proyecto, son comunes en los cuatro países de Mercosur. En
Uruguay, casi el 50% de las cooperativas tiene el formato de empresa recuperada,
o iniciativa que surge de un colectivo de trabajadores que previamente
compartía una misma empresa. En Brasil, por ejemplo, el fenómeno de la
recuperación de empresas fue la matriz de surgimiento de algunas grandes
cooperativas como UNIFORJA, y posteriormente la base para la constitución de
organización de segundo grado como UNISOL Brasil. En Paraguay es emblemático el
caso de la empresa cooperativa de cerámicas Cerro Guy, recuperada por sus
trabajadores.
En general en la
región se comparten similares dificultades que explican la baja incidencia
desde una perspectiva económica o sectorial de las cooperativas de trabajo
asociado:
ñ En buena parte de los casos las cooperativas recuperan empresas en
crisis, con dificultades en el mercado, que hay que volver a hacer
competitivas; no en pocos casos con graves problemas de obsolecencia o
inadecuación tecnológica;
ñ En el proceso de recuperación muchas veces se pierde parte del
conocimiento acumulado en compañeros que se van a otros trabajos o que no
quieren sumarse a la cooperativa, quedando en general los que tienen mas
conocimiento en la producción, pero no gran conocimiento en la gestión;
ñ En general estos procesos implican un cambio cultural, para
transformar la expriencia del trabajo asalariado en emprendedurismo asociativo.
Hace falta quebrar la cultura generada por la relación de dependencia y ganar
en autonomía, transformarse en empresarios, en el sentido de emprendedores,
para lo cual no se estaba previamente preparado.
ñ Capitales insuficientes para remontar la empresa, lo que suele
exigir mucho tiempo de auto explotación para lograr capitalizarla. A la falta
de capital propio hay que agregar la falta de capital financiero disponible, al
menos hasta hace poco tiempo. Tanto por la desconfianza del sistema bancario
hacia las cooperativas como por no contar con herramientas financieras propias.
Hoy en Argentina ese proceso de capitalización se ha revertido un poco gracias
a los programas de financiamiento del Gobierno Nacional a través del Ministerio
de Trabajo, Ministerio de Desarrollo Social y el Instituto Nacional de
Asociativimso y Economía Social (INAES), así como por la Secretaría para las
PYMES (SEPYME). También en Brasil y Uruguay se han desarrollado nuevos
mecanismos de apoyo público, por ejemplo a través del Ministerio de Trabajo y
Empleo de Brasil (MTE) a través de la Secretaría Nacional de Economía Solidaria
(SENAES) o de Fundaciones como la del Banco de Brasil (FBB). En Uruguay por
ejemplo se han creado programas desde el Instituto Nacional de Cooperativismo
(INACOOP) como desde el Ministerio de Industrias (MIEM), y un Fondo de
Desarrollo que aplica para este tipo de iniciativas un porcentaje fijo
sustantivo de las ganancias de la operación del Banco de la República;
ñ También se evidencia como problemática la capacidad de gestión y la
necesidad de incorporar personal que posean estos conocimientos o contar con
propuestas de capacitación que permitan la formación de cuadros propios de
gestión cooperativa;
ñ Existe una baja capacidad propia de investigación, desarrollo e
innovación (I+D+i);
ñ Hacen faltan mejores modelos para lograr alianzas que les permitan a
las cooperativas tener Escala y Sinergia para lograr densidad competitiva.
Las Cooperativas
Gráficas de Argentina junto a los Sindicatos del Sector ante cada una de estas
dificultades han propuesto las siguientes alternativas:
ñ Hacer análisis de las empresas, para reforzar su competitividad, ver
a qué mercado dan servicios y ver el diagnostico de las mismas, si son
efectivamente pasibles de ser sustentables;
ñ Integrarse en una Red Gráfica Cooperativa, nucleando a 31 empresas
que atienden distintos mercados, pero en la perspectiva de ir construyendo
plataformas comunes de servicios y proyectos comunes de inversión para
fortalecer al conjunto como grupo económico;
ñ Desarrollar una Escuela de Formación Gráfica, tanto técnica como
cooperativa donde trabajan en conjunto Sindicato, Federación de Cooperativas y
Red Gráfica Cooperativa. La escuela funciona en el Sindicato y la práctica se
hace en las Cooperativas.
ñ Se encuentran constituyendo un Área Financiera a nivel de FECOOTRA y
con aportes de la Red Gráfica Cooperativa, con un fondo de préstamos para
capital de trabajo e inversiones propio, que presta a tasas inferiores a la de
los bancos.
ñ Desarrollar un un grupo de asesores, tanto legales, como contables y
en ingenierías que apoya a las empresas en los distintos aspectos del
desarrollo de la empresa.
ñ Buscando alianzas con Universidades e Institutos de Investigación
para lograr avanzar en desarrollo de nuevos productos, e innovaciones que les
permitan posicionar mejor sus empresas;
ñ Trabajando con el CIGES, Centro de Investigación y Gestión de la
Economía Solidaria, que es un instituto de análisis estratégico, que las está
apoyando en la construcción de una visión global del desarrollo del negocio
gráfico en el concierto de las comunicaciones en soporte papel, y con la
incorporación de las TICs en sus procesos y como oportunidad de nuevos
productos.
En definitiva,
para vencer la marginalidad, hay que integrarse y crear grupos económicos
cooperativos, redes de negocios. “Desde nuestras empresas vulnerables solos
es muy difícil lograr niveles de desarrollo y de dignidad en el trabajo.
Aislados solo nos queda la auto explotación. Para salir de ello, hay que unirse
y competir con los privados en mejores condiciones, por ello hicimos la Red
Gráfica Cooperativa, cuya figura jurídica es una Federación, porque no hay una
ley que legalicen el grupo económico cooperativo, como en otros países,
principalmente en Europa” afirma Orbaiceta, Presidente de FECOOTRA. “Creo
que Sindicatos, Federaciones de Cooperativas de Trabajo como ámbito de
representación político institucional y grupos económicos cooperativos tenemos
que trabajar juntos para lograr que se conserven y se creen la mayor cantidad
posible de puestos de trabajo.”
Entre otros
aspectos, puede agregarse uno, que ha sido señalado por el Instituto de
Economía de la Universidad de la República en Uruguay, para explicar justamente
la relativa menor incidencia de la forma cooperativa de trabajo asociado en
diversos sectores económicos y es la “densidad cooperativa”. Se trata de
advertir el apalancamiento recíproco de constituirse en una forma más habitual
de empresa, con su correspondiente impacto en términos normativos y de supervisión
y apoyos. El crecimiento cuantitativo a partir de una masa crítica específica
provocaría cambios positivos cualitativos en el entorno, retroalimentando la
generación de nuevas cooperativas de trabajo.
Número 2.
Las
cooperativas de trabajo se han creado como respuesta al cierre de plantas y / o
deslocalizaciones a lo largo de diferentes épocas. ¿Cuál ha sido el papel de
los sindicatos en la facilitación de la creación de cooperativas de este tipo?
¿Cuáles fueron los obstáculos (institucionales, jurídicos, financieros y
culturales) que había que superar?
En toda la
región del Mercosur, los sindicatos que apoyan la formación de cooperativas de
trabajo en forma explícita son muy pocos o una minoría. Cabe señalar en
particular el papel de los sindicatos del sector metalúrgico, como la Unión
Obrera Metalúrgica de Argentina, en especial de los seccionales de Quilmes y
Villa Constitución; la Unión Nacional de Trabajadores Metalúrgicos y Ramas
Afines (UNTMRA) de Uruguay; o el Sindicato de los Metalúrgicos del ABC de San
Pablo en Brasil, cuya labor ha obtenido inmensos resultados al integrar el
cooperativismo, la autogestión y la economía solidaria dentro de la plataforma
central de la CUT.
En todos estos
casos la experiencia llevada adelante durante los procesos de quiebra y
desempleo resultantes de la aplicación de las recetas neoliberales en la
región, han sido una escuela muy importante para el reconocimiento mutuo entre
cooperativas de trabajo y sindicatos.
En Argentina
otros sindicatos comprometidos son la Federación Gráfica Bonaerense que abarca
Capital Federal y Gran Buenos Aires y la Federación Argentina de Trabajadores
de la Industria Gráfica, que son los sindicatos del interior del país. La
Confederación de Trabajadores de Argentina (CTA, en sus dos tendencias), y de a
poco otros sindicatos como los de la Alimentación, el Caucho, Cerámicos,
Textiles, etc. Cabe recordar que el primer Congreso de Cooperativas de Trabajo
en Argentina se hizo en 1954 en la Confederación General del Trabajo (CGT) y habló
en el mismo, el entonces Presidente de la Nación General Perón. A pesar de
esto, la mayoría de los Sindicatos tiene un fuerte prejuicio sobre las
cooperativas de trabajo, porque esta figura jurídica ha sido empleada para
encubrir precarización laboral y se han creado muchas cooperativas falsas, que
cometen fraude cooperativo y fraude laboral, especialmente durante la década de
los '90 en el marco de los procesos de felxibilización laboral. Aunque este
prejuicio se mantiene, cada vez más sindicatos entienden que la cooperativa de
trabajo es una alternativa válida para conservar fuentes de trabajo en crisis y
por lo tanto para conservar puestos de trabajo. Es el ejemplo de los Gráficos y
Metalúrgicos donde los trabajadores de las cooperativas pueden ser afiliados a
los sindicatos y compartir los servicios como obra social o turismo social u
otros.
En Uruguay
muchísimas experiencias de cooperativas de trabajo que han recuperado empresas
en quiebra cuentan en sus comités sindicales de base, el sustento ideológico de
los posteriores proyectos de autogestión. Así ha ocurrido con empresas
emblemáticas, hoy cooperativas de trabajo como la Fábrica Uruguaya de
Neumáticos (FUNSACOOP) o la ex- PAYLANA, ahora COOTRAPAY. De hecho, en la
actualidad algunos grandes proyectos de recuperación son sostenidos desde la
acción de su organización sindical, como la emblemática Empresa Metzen y Sena
(Olmos) o incluso la principal aerolínea de bandera, PLUNA. Pero los sindicatos
han jugado un papel histórico en la constitución del sector de cooperativas de
trabajo, existiendo antecedentes en los años '50 y ´60, algunos de los cuales
se han constituido en empresas de referencia como la Cooperativa de Transporte
de Paysandú (COPAY). Otras iniciativas, han tenido el respaldo de los sindicatos
de su sector, por tratarse de iniciativas originales de trabajadores de su
ramo. Es el ejemplo de la cooperativa del sector de fideos (CTEPA) en
Canelones, cuya matriz no es de una empresa en quiebra, pero si de trabajadores
desempleados de esta industria, y que así como ha contado con la cooperación de
la Federación de Cooperativas de Producción del Uruguay (FCPU) también cuenta
con el respaldo de la Federación de Obreros y Empleados de Molinos y Afines
(FOEMYA).
El caso
brasileño es quizás el más diverso. Contando con una base mucho más amplia de
iniciativas, las actividades coordinadas entre el movimiento cooperativo y el
sindical, han dado lugar, quizá a una de las alianzas más importantes en
términos estratégicos, a partir de la experiencia del Sindicato de los
Metalúrgicos del ABC paulista en el apoyo a varias empresas recuperadas de la
región. También es necesario destacar el involucramiento del Sindicato de los
Químicos del ABC, así como los sindicatos metalúrgicos de Salto y Sorocaba. Su
actividad se desarrolló de tal forma que al poco tiempo fue considerada
necesaria una entidad específica que los representase. Así se da el nacimiento
de la Central de Cooperativas y Emprendimientos Soldiarios (UNISOL – Brasil),
desde su propia gestación, vinculada al movimiento sindical. Esta alianza ha
permitido ir incorporando en la agenda sindical de la CUT un grado de
desarrollo de la propuesta cooperativa y de economía solidaria que no tiene
parangón en la región. Sin lugar a dudas es en Brasil donde existe un grado de
vinculación más formal y permanente entre sindicatos y cooperativas.
En definitiva el
rol de los sindicatos ha sido diverso, en algunas ramas como en los gráficos y
los metalúrgicos ha habido apoyo importante, en otros han sido indiferentes al
proceso de formación de la cooperativa y en otros casos han estado en contra de
la formación de cooperativas. No obstante si la decisión de los trabajadores es
formar la cooperativa, el sindicato nunca ha sido un impedimento, en última
instancia no opina y deja a los trabajadores hacer.
Si la
continuidad laboral está en peligro, lo que trata el sindicato es conservar el
poder de los créditos laborales de los trabajadores o sea las indemnizaciones.
La ley de quiebras en Argentina establece que cuando una empresa se concursa,
se puede formar un comité de crisis donde debe estar la parte patronal, el
sindicato y los trabajadores y si la empresa quiebra, los créditos laborales
valen al 100 % y los trabajadores pueden ejercer el derecho a comprar la empresa
o parte de ella para continuar con la fuente de trabajo. La primera acción es
ver el monto de créditos laborales versus el valor de las maquinas y edificios
de la empresa y ver que se pueda comprar aunque sea las maquinas para seguir
funcionando. Esto de alguna manera también esta previsto en el capítulo de
cooperativas de trabajo de Uruguay, donde los trabajadores de una empresa en
quiebra tienen prioridad a la hora de proponer un proyecto para el rescate de
la planta fallida.
En Argentina la
Ley otorga esa posibilidad a los trabajadores siempre que estén organizados en
cooperativa de trabajo y que una vez que está la empresa en marcha paguen los
créditos laborales de los compañeros que no quisieron continuar en la empresa
recuperada. En ese momento interviene el INAES que otorga la matricula de
funcionamiento de la cooperativa previo análisis de la viabilidad del proyecto
empresarial. En el momento que se produce la ruptura de la relación de
dependencia, el Ministerio de Trabajo apoya con 5 programas diferentes a los
trabajadores, como son el fondo de desempleo, apoyo en seguridad e higiene,
apoyo para capitalización, etc. Una vez que es cooperativa, la misma puede
recibir subsidios para capitalizarse del Ministerio de Desarrollo Social o
subsidios o prestamos de largo plazo y bajas tasas del INAES. Cuando ya están
más desarrollados como empresa, pueden acudir a préstamos subsidiados del Banco
de la Nación Argentina, o Fuerza Solidaria (fondo) del Banco de la Provincia de
Bs. As, o créditos de fomento del Bicentenario del Ministerio de Industria o
subsidios o prestamos de Secretaria de la Pequeña y Mediana Industria SEPYME o
créditos a tasa subsidiada por el INAES del Banco Credicoop. Normalmente, las
cooperativas de trabajo, abren cuentas corrientes en el Banco Credicoop
cooperativo limitado o en los bancos estatales Nación o Provincia, porque los
bancos privados no los quieren mucho por la debilidad patrimonial al principio
y porque por la democracia pueden variar los interlocutores frente al banco, aunque
hay bancos privados que tratan de captar a las más exitosas. En estos momentos
en la Argentina se esta construyendo un
fondo propio con aportes propios y aportes del gobierno nacional a través del
INAES para préstamos para capital de trabajo e inversiones pequeñas a tasas más
reducidas que las de mercado y condiciones de garantía más blandas.
Las dificultades
financieras al inicio, son falta de capital de trabajo y luego falta de
créditos para la inversión, la innovación y el desarrollo.
Otra dificultad,
al menos en Argentina y a su manera también en Brasil, es que al pasar a
cooperativa de trabajo se pasa a ser autónomo y se pierde la jubilación
ordinaria. El jubilado autónomo percibe casi la mitad que una jubilación de
relación de dependencia. Y también queda desprovisto de la cubertura medica, si
no se adhiere a la obra social sindical. Esta situación también se da en
Paraguay, siendo uno de los grandes escollos para el desarrollo de la
modalidad. En Uruguay existe reconocimiento de las particularidades de la
cooperativa de trabajo, existiendo la posibilidad de hacer los aportes como el
resto del sistema empresarial, con la ventaja de poder exonerar la parte de
aportes patronales. De la misma forma que el resto de los trabajadores, en
Uruguay los cooperativistas de trabajo realizan aportes al Sistema Nacional
Integrado de Salud con sus correspondientes contraprestaciones.
En Argentina se
está procurando una legislación de cooperativas de trabajo que establezca: 1)
la relación asociativa y no de dependencia de los trabajadores de una
cooperativa; 2) que los derechos de los trabajadores de cooperativas y los de
relación de dependencia sean los mismos; 3) que exista una categoría en la
jubilación para el trabajador de cooperativas que equipare los aportes para
tener una jubilación digna; 4) que puedan ser parte de las obras sociales
sindicales para tener coberturas de salud; y 5) que las cooperativas de trabajo
sean comprendidas en las aseguradoras de riesgos de trabajo.
En Brasil, otro
escollo respondía a la exigencia de un número mínimo de integrantes muy elevado
para la constitución de cooperativas de trabajo, que era de 20 personas. Con la
nueva Ley sancionada en 2012 este restricción ha sido levantada, permitiendo la
creación de cooperativas de trabajo a partir de 6 socios. Lamentablemente en
Paraguay existe aún un límite similar en cuanto al número mínimo de
integrantes. De todas formas el Instituto Nacional Cooperativo (INCOOP) ha
buscado flexibilizar esta exigencia comprendiendo la realidad de pequeños
colectivos laborales autogestionados.
Sin lugar a
dudas el problema de mayor complejidad, en el caso específico de las
cooperativas que resultan de la recuperación de empresas fallidas está en el
cambio cultural que se debe producir al pasar los trabajadores a hacerse cargo
de su propia empresa. Las desviaciones existentes por la falta de comprensión
de esta nueva situación en el proceso de la organización es una de las mayores
causas de mortalidad cooperativa. Reconocerse como los únicos responsables de
la nueva entidad, desterrar la cosmovisión de la relación de dependencia obrero
– patronal, involucrar a todos los socios en los desafíos globales del
emprendimiento, evitando las actitudes individualistas, de ajenidad al proyecto
colectivo, son algunos de los desafíos clave que estas organizaciones deben
enfrentar. Y posteriormente entender que es posible construir otro tipo de
economía, una economía en manos de la gente, una economía democrática,
articulando los esfuerzos internos con los de otros colectivos similares en los
mismos territorios y sectores de actividad.
La tarea es
enorme y solo es posible asumirla UNIDOS y ORGANIZADOS, unidos a nuestro
sindicato, unidos entre los trabajadores y unidos con otras empresas
cooperativas para constituir grupos económicos cooperativos, organizando de
nuevas maneras el mundo del trabajo y la economía en general. Para alcanzar
estos macro objetivos y posicionar con fuerza los valores y principios de la
cooperación en las economías de nuestros países, deben construirse alianzas más
amplias en el mercado con el resto del movimiento cooperativo de crédito, de
vivienda, de servicios públicos, de seguros, de consumo, con las mutuales, con
las pymes asociativas, con las Universidades, con Institutos de Investigación.
Tal como afirma
Orbaiceta: “Debemos estar insertos con potencia en los sectores económicos a
los cuales pertenecemos con escala y peso propio, ser opción y para ellos el
6to y 7mo principio cooperativo son la clave: 6to: inter cooperación, 7mo:
compromiso con la comunidad, entendiendo en ello compromiso con el medio
ambiente también.”
Hay ejemplos que
muestran que los sindicatos en este proceso son fundamentales para construir
este poder empresarial de los trabajadores que son las cooperativas. Hay sindicatos
que tienen importantes fondos para compensatorios de jubilaciones, por ejemplo
en Canadá y EEUU, que podrían destinar una pequeña parte de esos fondos para la
compra de empresas cuyos trabajadores quieran continuar en cooperativas. Pueden
ayudar con servicios de salud, de turismo, de crédito. Con el poder de lobby
sindical. Solo hay que entender que se está en la misma estrategia de
construcción de poder, el poder de los que trabajan, de los que hacen la
economía con sus manos y su mente. El poder de los trabajadores. El sindicato
más la cooperativa de trabajo son la organización defensiva y ofensiva a la
vez. Defender el poder adquisitivo del salario y las condiciones de trabajo
dignas a los trabajadores en relación de dependencia y en la cooperativa esta
la expresión máxima del poder del trabajo en la empresa, los trabajadores
pasando a gobernar la empresa, liberándose del patrón.
Sindicatos y
cooperativas son parte de una misma construcción de poder, el poder de los que
producen y no especulan, el poder de los que quieren un mundo para todos, que
respete al ser humano y al planeta. “Juntos somos la alternativa al
capitalismo neoliberal que ha destruido al ser humano y al planeta. Juntos
somos la nueva economía y tenemos que estar juntos para hacerla crecer, para
que la propiedad social sea opción y la economía solidaria, conviva con igual
poder, con la economía pública y la economía privada con fines de lucro” afirma
Orbaiceta.
Según el
Presidente de CICOPA Mercosur ese amplio arco de alianzas que fortalezca a
nuestras empresas necesita que estemos aliados a los gobiernos de carácter
popular que impulsan nuestro tipo de economía: “Se acabaron los tiempos en
que el cooperativismo era neutral, no se puede ser neutral cuando está en juego
el destino de la humanidad, nosotros somos trabajadores y estamos del lado de
los que quieren construir un mundo para todos...”
Numero 3.
La emergencia
de las empresas de “economía social” que proporcionan servicios sociales
necesarios y, al hacerlo, crean un nuevo modelo de inclusión social para los
trabajadores y sus clientes. Tales acontecimientos se perciben a menudo por los
sindicatos como un retroceso de la prestación de dichos servicios por parte del
sector público y una amenaza para la calidad del empleo, pero con presiones
fiscales y las necesidades crecientes, estas iniciativas se han multiplicado en
los últimos años. ¿Qué balance se puede hacer de la economía social desde un
punto de vista sindical? ¿Puede la economía social ser un socio viable en la
prestación de servicios sociales y el trabajo decente?
En la región del
Mercosur, y especialmente desde la concepción de CICOPA Mercosur, la economía
social y solidaria constituyen un sector de la economía general donde se
desarrollan empresas particulares por su propiedad y gestión democrática, por
la prioridad que la persona tiene sobre el capital en cualquiera de sus
modalidades. Las cooperativas u otras formas organizativas que desarrollan
servicios sociales o que especialmente procuran la inclusión socio-laboral de
trabajadores en situación de vulnerabilidad, son solo una parte de este
universo. Comprender esta situación es relevante, justamente para evitar la
desnaturalización de estos emprendimientos, concebirlos en el marco de un
proceso más amplio y orientado a la transformación no sólo de la situación de
sus integrantes, sino del conjunto de la comunidad y la sociedad en la que se
insertan.
Es necesario
comprender también que a pesar de los avances de los últimos años en el
Mercosur, aún existen una gran diversidad de situaciones que precarizan el
mundo laboral en general, en particular tras las tres décadas de
desconstrucción de las políticas de bienestar llevadas adelante durante la
etapa neoliberal.
En particular el
desarrollo de las cooperativas sociales, que como se verá poco más adelante no
son denominadas así en la Argentina, se consolidó tras el período más intenso
de la crisis económica de fines de los '90 y principios del nuevo siglo,
especialmente en relación a colectivos en gran situación de vulnerabilidad que
debían ser reincoporados al mundo del trabajo. También aquí el papel de los
sindicatos fue activo, ya que en muchos casos fueron canalizadores de los
contactos o apoyos iniciales a estos colectivos, papel que en la medida que
iban madurando como emprenidmientos también pasaban a jugar la Federaciones
correspondientes.
En Argentina,
desde 2003 con el Presidente Nestor Kirchner en el Gobierno, se encararon
diversos programas sociales que incluían a la gente contra la prestación de
trabajo en forma cooperativa con el objetivo de crear nuevos puestos de
trabajo. Estos programas en una primera etapa dependieron del Ministerio de
Obras Publicas. Se organizaban cooperativas de 16 personas, que en 4 meses
debían hacer 4 casas. Esto duró 2 años hasta el 2005, luego se hicieron otros
programas dependientes del Ministerio de Desarrollo Social para incluir gente,
se denominaron también “programas de inclusión con trabajo” y se utilizó la
forma cooperativa para desarrollarlos. En estos programas que pueden durar 6
meses a un año los participantes reciben capacitación técnica y luego durante
el desarrollo de los trabajos, capacitación cooperativa. Al finalizar el
programa la gente decide si continúa bajo la forma cooperativa e intenta montar
una empresa pequeña o si se siente capacitado para incluirse en el mercado
laboral. Bajo el Ministerio de Desarrollo Social, se hicieron trabajo de
instalaciones o redes de agua y cloacas, limpieza de parques y calles, cordones
cunetas y otras obras menores de infraestructura urbana. También construyeron
Centros Integrales Comunitarios en barrios humildes, que son instalaciones para
brindar servicios educativos, deportivos y de salud. En la actualidad estos
programas de denominan Capacitación con Obra y construyen obras o refaccionan
instalaciones de Organizaciones de la Comunidad, como Clubes, Sociedades de
Fomento, Cooperadoras Escolares, Comedores Comunitarios, etc. Estos programas
en las primeras etapas constituyeron unas 3700 cooperativas. Hoy sobre 6000
matriculas de cooperativas de trabajo, 4500 aproximadamente pertenecen a este
tipo de programas sociales y 1500 son industriales y de servicios.
Evaluar estos
programas desde el punto de vista del derecho laboral es complicado, porque
eran compañeros que estaban excluidos, que no tenían ingresos fijos, que vivían
de “changas”. Y de no tener nada a percibir al principio $ 1200 por 4 horas de
trabajo, era un apoyo significativo y si a eso le sumamos la capacitación,
teníamos como resultado que el compañero que participaba de los programas al
cabo de esos meses había mejorado su posición en el mercado para conseguir
trabajo o para seguir en sus cooperativas (que fue el camino de muchos y
muchas).
Resultados de
esto surgieron 25 Federaciones de Cooperativas de Trabajo que llamaremos
Sociales, que junto a las viejas Federaciones de Cooperativas industriales
conformaron la CNCT. La CNCT es presidida actualmente por la Federación
FECOOTRAUNFV (Federación de Cooperativas de Trabajo Unidas de Florencio
Varela), que son 22 cooperativas con 1000 trabajadores en total que surgieron
de estos programas y se han desarrollado como un grupo económico cooperativo,
se han insertado en el mercado, haciendo construcciones en el ámbito público y
privado. En pocos años su vida se transformó.
Al principio el
Gobierno desarrollo estos programas con los Municipios, pero desde hace 3 años
también los desarrolla con Federaciones de Cooperativas como FECOOTRA y con la
CNCT. Tanto FECOOTRA como la CNCT han constituido equipos específicos de trabajo
para el desarrollo de estos programas y los co-ejecutan con el Estado Nacional
a través del Ministerio de Desarrollo Social y del INAES. Algunos Sindicatos
han participado en estos procesos, por ejemplo la Unión Obrera de la
Construcción (UOCRA), que tiene escuelas de formación técnica y que dio miles
de cursos a las nuevas cooperativas, para que se formaran en el arte de la
construcción. También hay una experiencia en Lonas de Zamora, donde el
Sindicato de Prensa con su Obra Social y la Federación de Entidades de Salud
FAESS, dan cobertura de atención primaria es mas de 1000 cooperativistas de esa
zona. También en la Zona de La Plata, en la Provincia de Buenos Aires, el
Sindicato de Educadores Suteba y la Central de Trabajadores Argentinos,
constituyeron cooperativas de este tipo y fundaron una Federación que participa
en la CNCT. En Argentina a este tipo de cooperativas se las conoce comúnmente
como “Cooperativas 3026”, ya que ese es el numero de resolución del INAES que
las legaliza. Son cooperativas simplificadas y que si no continúan, al
finalizar el programa se dan de baja.
Desde FECOOTRA y
CNCT se evalúa muy positivamente el desarrollo de estos programas que unen
capacitación, inclusión y perspectiva Cooperativa en un mismo programa. Los
trabajadores de estas cooperativas tienen cobertura de un seguro de accidentes
de trabajo y se les aporta el monotributo social, que les da cobertura de obra
social y aporte jubilatorio. Aunque a menor costo, estos trabajadores ahora son
incluidos en coberturas que antes no tenían.
En Uruguay por
su parte casi la mitad de las cooperativas de trabajo existentes son su
variante específica de cooperativa social. En la legislación del país, la
cooperativa social es una forma específica, cuya finalidad central es la inclusión
socio-laboral de personas en situación de vulnerabilidad social. Son alrededor
de 200 empresas que generalmente contratan con el Estado. Inicialmente se han
considerado formas temporales, que una vez maduras deberían migrar a
cooperativas de trabajo asociado, transición que hasta el momento viene
presentando algunas dificultades, debido especialmente a las garantías y
facilidades que se les permite a las cooperativas sociales. Existen casos como
la de la Corporación Urbana de integración en forma consorciada (figura de
Corporación Cooperativa) de una decena de cooperativas sociales y de trabajo
asociado para la provisión más diversificada y completa de servicios.
En Brasil,
aunque en términos relativos el fenómeno está menos desarrollado, las cooperativas
sociales han incorporado con más fuerza la vertiente de iniciativas que
involucran servicios especiales e inclusión laboral de personas con otras
vulnerabilidades diferentes a la de los ingresos económicos. En particular se
han desarrollado experiencias que involucran colectivos con dificultades
mentales o sociales de diverso tipo, quizá más cercanas a algunas cooperativas
sociales europeas.
Los mayores
desafíos de este tipo de emprendimentos pasa fundamentalmente por la madurez
técnica y empresarial cooperativa de sus integrantes. La necesidad de escapar a
la exclusiva dependencia de los contratos con el Estado y la afirmación de sus
capacidades en el mercado. Por otra parte, en sentido inverso, el sector
público debe concebir esta herramienta como lo que es en realidad, un puente de
inclusión de enormes contingentes de trabajadoras y trabajadores que habían
quedado desamparados y que deben reinsertarse en el mundo del trabajo. En
particular el desafío está en dar apoyo sin coartar la construcción de autonomía
de estas cooperativas, para lo que sería importantísimo la comprensión de las
relaciones económicas especiales que el Estado debería construir con el mundo
de la Economía Social en general.
Numero 4
Las
cooperativas de trabajo formadas por trabajadores autónomos en la economía
informal, que no se pueden organizar de manera tradicional, han proporcionado
voz a los trabajadores. Los sindicatos a menudo han prestado apoyo a los
trabajadores a través de la creación de cooperativas de servicios (ahorro y
crédito, de vivienda, cooperativas de consumo) para mejorar tanto su poder de
negociación como sus medios de subsistencia. ¿Han tenido éxito estas
iniciativas y y han sido sostenible? ¿Cuáles son las razones de su éxito? ¿De
qué manera cambia la relación entre los sindicatos y los trabajadores del
sector informal? ¿Cómo han mejorado las condiciones de trabajo de los
trabajadores autónomos?
A nivel de la
región existen numerosas y muy importantes iniciativas de servicios
dessarrollados a partir de la iniciativa sindical, respondiendo en general a
los valores de la ayuda mutua y la solidaridad, por tanto a través de diversas
formas de Economía Social y Solidaria.
En Argentina, se
ha dado más que los sindicatos han creado Mutuales que brindan a los trabajadores
servicios de salud, servicios de turismo, medicamentos, seguros, etc. Un
ejemplo de su presencia, persistencia y fortaleza es la existencia de la
Federación de Mutuales Sindicales. Estas Mutuales son exitosas y como dijimos
desarrollan múltiples actividades y en diferentes gremios como los Camioneros,
los Metalúrgicos, los Textiles, etc. Estas Organizaciones defienden el poder de
compra del salario, porque ponen al alcance de los afiliados al Sindicato,
servicios a precios más baratos que en el mercado privado. Donde ha tenido
mucho desarrollo es en materia de turismo social, los hoteles y campigns
sindicales, muchos de ellos mutuales, brindan mejores posibilidades de
vacacionar a los afiliados.
En Uruguay por
su parte, muchos sindicatos han desarrollado sus propias organizaciones de
provisión de servicios, optando por lo general por el formato de cooperativas
de usuarios, especialmente a través de las modalidades de consumo y de
vivienda. A pesar de la presión ejercida por la concentración oligopólica en el
sector de grandes superficies comerciales por gigantescos grupos
trasnacionales, las cooperativas de consumo en Uruguay cuentan con
emprendimientos de enorme significado como el de los trabajadores del sector de
la educación (Cooperativa Magisterial), de los empleados bancarios (Cooperativa
Bancaria), de los empleados de la Corte Electoral (Cooperativa Electoral), o de
los obreros y empleados de la administración departamental (Cooperativa Municipal). Todas ellas, entre
las varias decenas que podrían seguir enumerándose surgen de la iniciativa de
su sindicato de base. Aún mayor es el número de cooperativas de vivienda de
origen sindical, que dieran nacimiento a dos importantes Federaciones según la
sub-modalidad (ahorro previo colectivo o ayuda mutua en el proceso constructivo
directamente): la Federación de Cooperativas de Vivienda (FECOVI) y la
Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM)
nucleando casi medio millar de cooperativas.
Las Cooperativas
de Consumo en Argentina, tuvieron también un origen obrero. El Hogar Obrero,
comenzó con la construcción de vivienda y luego llego a ser la más importante
cooperativa de consumo del país. La Cooperativa Obrera con sede en Bahía
Blanca, que existe con 1.200.000 asociados y 100 sucursales tuvo su origen en
obreros panaderos.
Excepto el
cooperativismo de trabajo, todo el resto del cooperativismo, desarrolla sus
actividades contratando trabajadores en relación de dependencia. Las
cooperativas de vivienda, de consumo, de crédito, bancos cooperativos, de
servicios públicos, de seguros, agropecuarias, etc. Todas tienen trabajadores
en relación de dependencia y participan en las negociaciones paritarias como
parte patronal y los trabajadores son representados por sus sindicatos de rama
respectivos. Por ejemplo las cooperativas eléctricas, negocian con el Sindicato
de Electricidad, los bancos cooperativos con el Sindicato Bancario, las de
consumo con el Sindicato de Comercio y así sucesivamente.
Esta
instalándose un debate, a partir de la experiencia de Mondragon, sobre si los
los trabajadores de estas cooperativas deberían en el futuro ser socios de
gestión y compartir la conducción de la cooperativa junto a los socios que
consumen el servicio. Hoy la conducción es de los asociados que consumen el
servicio solamente. En Argentina los sindicatos por el momento se han opuesto,
debido al temor que los trabajadores de esta forma se desvincularan y dejaran
de aportar a la caja sindical.
Pero es un
debate que comienza a mostrar indicios de profundizarse, porque en estas
cooperativas, la información estratégica del desarrollo del negocio no está en
mano de los asociados, sino en mano de los trabajadores en relación de
dependencia y así surgen muchas veces conflictos de intereses. Todos tendrían
que ser asociados, unos de consumo y otros de gestión y participar en los
resultados de la empresa que es de todos.
Numero 5
¿Cuáles son
los modelos exitosos de convivencia entre los sindicatos y las cooperativas de
trabajado y qué nos pueden enseñar? Sobre el mismo tema, se afirma a menudo que
las cooperativas de trabajo ofrecen mejores condiciones de trabajo y el trabajo
más significativo, pero ¿cuál es la prueba? ¿Cuáles son las condiciones que
logran unas condiciones de trabajo decentes en este tipo de cooperativas?
Cuando el
Sindicato y la Cooperativa o la Federación de Cooperativas trabajan juntos se
potencian las posibilidades tanto de la empresa cooperativa como del Sindicato
en pos de cumplir con su rol social y político.
Es cierto que
existen cooperativas que ofrecen mejores condiciones de trabajo y mejores
anticipos laborales que el convenio sindical, pero son una minoría. La inmensa
mayoría de las cooperativas trata de respetar el convenio de la rama sindical
correspondiente y respetar los precios de mercado.
Si los
compañeros en la cooperativa obtienen anticipos laborales inferiores al
mercado, y no logran aumentar su capital, suelen emigrar a empresas privadas.
Sucede en Argentina como en Uruguay que los puestos menos jerarquizados ganan
más que el convenio, pero los puestos más categorizados ganan un poco menos que
el mercado y eso crea problemas muchas veces, si la convicción cooperativa no
es muy fuerte.
Pero cuando la
empresa funciona bien, se presentan otras desviaciones, como la falta de
significativa capitalización priorizando su ingreso monetario a expensas del
futuro de la empresa. Esta tendencia es potenciada si la pertenencia del
colectivo a su cooperativa es baja y si el promedio de trabajadores es de edad
más avanzada, lo que lleva a tomar desiciones de corto plazo en desmedro del
horizonte de vida empresarial.
El que se
respeten los derechos, es parte del trabajo conjunto del Sindicato y las
Federaciones de Cooperativas, en el trabajo del cambio cultural que se deben
dar los trabajadores cuando se hacen dueños de su empresa. No perder la
identidad de trabajadores, no perder la pertenencia ideológica al movimiento,
no perder las convicciones sobre los derechos es muy importante para el éxito
de la empresa cooperativa.
Al decir de Orbaiceta: “Nuestra concepción es que los
Sindicatos que representan a los Obreros dependientes y las Federaciones de
Cooperativas que representan a las empresas cooperativas pueden trabajar juntos
porque somos todos trabajadores, unos en relación de dependencia y otros dueños
de los medios de producción, pero todos trabajadores. Y consideramos que los
derechos de los trabajadores deben ser todos los mismos, debemos tener todos
los mismos derechos y beneficios, solo que estos derechos y beneficios los cooperativistas
de trabajo los pagamos de los resultados de nuestras empresas y son nuestra
responsabilidad pagárnoslos, mientras que para los que están en relación de
dependencia esa responsabilidad es del patrón, pero siempre salen de los
resultados que generan los trabajadores con su esfuerzo.”
En la región, el grado de articulación entre el movimiento
sindical y el de las cooperativas de trabajo ha ido incrementándose. En este
sentido, en Argentina han participado juntos en varias actividades sobre Economía
Social, la CGT y la CNCT, convergiendo en proyectos conjuntos como la creación
de la Red de Cooperativas Metalúrgicas de la República Argentina, patrocinada
por la CNCT y la UOM. En Uruguay se ha creado un espacio de articulación
permanente entre la FCPU y la Central de Trabajadores (PIT-CNT) y se han
acordado algunos documentos programáticos en perspectiva de fortalecer el
trabajo autogestionado. Existe un conveio específico entre FCPU y PIT-CNT en el
área de salud y seguridad laboral que incluye la formación y asistencia técnica
a los cooperativistas de trabajo. En Brasil por su parte, la raíz de
surgimiento de UNISOL está directamente ligada a la CUT, y existe un recíproco
intercambio de delegados entre ambas instituciones.
Aún cuando existen situaciones diversas en relación a casos
específicos, como movimiento de cooperativas de trabajo en la región, existe
una firme voluntad de acercamiento con el movimiento sindical. Así lo recogen
los acuerdos de CICOPA Mercosur en su plan estratégico para la región, donde se
ha priorizado los contactos y la articulación con la Coordinadora de Centrales
Sindicales del Cono Sur (CCSCS) así como con las oficinas de la OIT para
América (tanto con ACTRAV como con la oficina de cooperativas).