Corría el año 1908 cuando Don Emilio Raffaghelli abandonó la zona de
Los Bretes
(Campo Andino) y aprovechando el impulso que le dio el
tendido de las líneas ferroviarias
a todo la región, se instaló en
Arroyo Aguiar donde armó un taller de carpintería y herrería,
que con el
correr de los años se fue asentando y creciendo. Fue pionera en la
localidad.
Su fuerte por aquellos tiempos fue la fabricación de carruajes
(carros y sulkys) en forma
artesanal, abarcando la confección de todos
sus accesorios y elementos como bujes, ruedas
y tren delantero,entre
otras cosas, donde estos medios de locomoción de otrora salían ya
fileteados y pintados,para lo cual también contaba con un taller de
pintura. Como
complemento se amplió a la herrería y luego a su tarea se
sumaron los hijos de
Don Emilio: Ángel, José y Juan.
Dentro de las tareas específicas de herrería, se hacían verjas
totalmente “a mano”, dado que
en esos tiempos no se contaba con la
tecnología actual. Los trabajos tenían como clientes a
personas de
Arroyo Aguiar, San Pedro, Campo Andino, Laguna Paiva, Monte
Vera y Candioti, entre otros lugares,
en los cuales se fue cimentando su fama y expandiendo. El apogeo fue en
la década de 1930, donde el trabajo era creciente. La carpintería quedó a
cargo de José.
Una anécdota que habla por si sola de la importancia que tuvo
este taller por aquellos años fue la balanza que se instaló al frente
del mismo, que fue la única en toda la zona que servía para pesar
madera, producto de la amplia explotación forestal que había. En lo que
respecta a herrería, también se trabajó (y aún se lo sigue haciendo en
la actualidad) en la marca de ganado.
Ahora Miguel Ángel Raffaghelli (casado con Rosaura Clebot) tiene a
su cargo la carpintería y Aldo Tessolin (esposo de Vilma Raffaghelli)
se ocupa de la herrería, manteniendo viva esta tradición que inició Don
Emilio y que ya lleva un siglo ininterrumpido de actividad. Un ejemplo
de trabajo y dedicación digno de destacar. Aún mantienen elementos de
trabajo originales como la fragua, yunque, tornos, compresores y
máquinas para doblar llantas; como así también algunos documentos de los
primeros años de actividad.
Fuente: Diario El Santafesino |
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