DOCUMENTO DE JUSTICIA LEGITIMA Encuentro Biblioteca Nacional 27.2.2013
Los que estamos aquí queremos ser
parte de una Justicia más plural y más independiente, dispuesta a transparentar
y a rendir cuenta de su actuación ante la ciudadanía entera. Nos une la
convicción de que existe un modo diferente de ejercer la magistratura y la
jurisdicción.
Rara vez en estos casi treinta años de
recuperación del Estado de Derecho, y salvo honrosas excepciones, un número tan
importante de jueces, fiscales, defensores públicos, funcionarios y empleados
han firmado con nombre y apellido un cuestionamiento claro y enérgico como el
que se expresa en los documentos de “Justicia Legítima.” Así se habilita el
escenario de un debate público en el que sin desconocer la mayor
responsabilidad que nos corresponde como integrantes del Poder Judicial,
aspiramos a sumar muchas voces y muy
diferentes actores sociales para inaugurar mecanismos de participación ciudadana.
También es inédito y auspicioso que miembros
de las justicias federal, nacional y locales elijan modos de encuentro y
participación como el de esta asamblea nacida de una convocatoria en la que
nadie se arroga la representación de otros, ni
apela a distinciones o jerarquías que no reconocemos ni aceptamos.
Es el primer paso de un largo camino que no se
agota en la indignación y en el rechazo a una manera falaz e intencionada de
“invocar independencia” para encubrir sumisión a grupos, intereses y poderes
partidarios, económicos, mediáticos a cambio de ventajas y beneficios
incompatibles con un servicio de justicia en un Estado de Derecho. Defendemos
una noción de independencia que no ignore la trama de poderes formales e
informales que atraviesa el espacio en el que trabajamos y el mundo en el que
vivimos y somos concientes de los deberes que nos son propios y estamos
dispuestos a cumplirlos sin claudicaciones.
Llegó la hora de mirar hacia adentro del
sistema de administración de justicia y hacer pública nuestra autocrítica a fin
de dar sentido a la diferencia entre el accionar corporativo y una “justicia
legítima”. Para conformar otro sistema de justicia hay que partir de un núcleo
irrenunciable de principios y prácticas que aseguren la vigencia plena e
irrestricta del Estado de Derecho, la defensa y ampliación permanente de los
derechos humanos y de las garantías consagradas en la Constitución y en los
tratados internacionales y el rechazo de toda forma de discriminación por
condición social, étnica, religiosa o de género. Sabemos que todavía hay que
superar las marcas que la dictadura imprimió y que subsisten en la estructura y
en muchos agentes judiciales de cualquier nivel.
Queremos discutir cómo se forma a los jueces,
magistrados, funcionarios y agentes;
cómo y por quienes se llevan adelante los procesos de selección para ingresar y
permanecer en la institución judicial en todos sus niveles; cómo se asegura que
la postulación y elección de miembros de los consejos de la magistratura sea
abierta y sin restricciones; cómo se conforma y se exhibe la gestión de los
recursos, de la jurisdicción y de la administración; cuáles son las condiciones
imprescindibles para efectivizar el acceso a la justicia para todos,
protegiendo a los vulnerables y cuáles las posibles vías de intervención de la
sociedad civil en la construcción de una Justicia fuerte, independiente y
democrática. Y estamos dispuestos a persistir en este intento.
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